Al actual entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, nadie debería poner en duda su exitosa carrera al frente de los banquillos. Su labor primero en el Barcelona, después en el Bayern y ahora en el mencionado club inglés ha evidenciado una elevada clarividencia a la hora de planificar los partidos que disputan sus equipos y ello le ha permitido conquistar un elevado número de títulos nacionales e internacionales.

Sin embargo nada es eterno y esta temporada han surgido varias grietas en su proyecto ganador en el club citizen. Algunos afirman que la ausencia de varios futbolistas determinantes ha provocado la bajada de nivel que ha llevado al conjunto acumular siete encuentros consecutivos sin ganar: Tottenham 2-1 (Copa de la Liga), Bournemouth 2-1 (Premier), Sporting Clube 4-1 (Champions), Brighton 2-1 (Premier), Tottenham 4-0 (Premier), Feyenoord 3-3 (Champions) –en un partido que vencía en el minuto 53 por 3-0– y Liverpool 2-0 (Premier).

El propio Guardiola fue más lejos al afirmar para justificarse que “es difícil cuando tienes que jugar sin cuatro centrales, dos centrocampistas de contención, sin el mejor jugador del mundo, Rodri, y sin tres extremos. Devuélvanme a mis futbolistas y ya verán el City”.

Sus críticos, que los tiene y muchos, no se han callado y apuntan a otra dirección al considerar que más que por sus méritos de estratega los triunfos conseguidos por el preparador de Sampedor se deben en gran medida a la pléyade de jugadores que ha conformado sus plantillas en las 16 campañas que lleva en la élite del balompié.

Tras varios años de días de vino y rosas, con estos reveses han aparecido, como era de esperar, las burlas del respetable y el pasado domingo en Anfield los aficionados locales profirieron cánticos de “te van a despedir por la mañana”. Algo que no ha gustado a un Guardiola que debe estar ‘quemado’ por la irregular dinámica que lleva su equipo. Pese a ello, nada justifica la reacción de mostrar al público con sus manos seis dedos en señal de las Premier ganadas y ha quedado señalado.

Después, al término del envite, ‘El filósofo’, como le llamó en 2013 su exjugador Zlatan Ibrahimovic, trató de quitar hierro al gesto al decir que “todos los estadios quieren despedirme, ¡empezó en Brighton! Quizá tengan razón con los resultados que tenemos, pero no me lo esperaba en Anfield (...) ni de la gente del Liverpool”.

No obstante ya no hay vuelta atrás y el más feliz de este desatino ha sido “El puto amo” al lograr ‘mourinhizar’ a Pep Guardiola.