Se da uno cuenta de que el tiempo pasa muy rápido cuando ocurren episodios como el anuncio de la muerte del exjugador del Valencia Paquito, que formó aquella recordada media con Roberto, cuando las alineaciones se recitaban con tres defensas, dos medios y cinco delanteros. Quizá la media más conocida de la época fue aquella formada por Pirri y Zoco, pero había otras –que alos aficionados jóvenes e incluso maduros puede que ni les suenen– como Marañón-Montesinos, Lico-Llompart, Castellanos-Guedes o la rojiblanca Igartua-Larrauri, sucesora de alguna manera de la mítica Mauri-Maguregui.
Los medios de comunicación a los que hemos escuchado anunciar la muerte de Paquito hicieron hincapié, en principio, en su trayectoria como entrenador, pero apenas sobre la que tuvo como jugador del Valencia, donde jugó la mayor parte de su carrera y donde formó la dupla tan conocida entonces. Y es natural, porque tampoco los periodistas deportivos jóvenes están obligados a conocer de pe a pa la historia del fútbol, máxime cuando se trata de un futbolista que había abandonado la práctica del balón hace cincuenta años.
Pero sí nos sorprendió que un periódico levantino anunciara la noticia con la muerte de un sorprendente “Paquito García”, nombre por el que no sabemos que fuera conocido. Tuvimos la ocasión de entrevistarle en dos ocasiones –cuando era entrenador del Valladolid y del Castellón– y nos sorprendió su simpatía y su retranca, dejándonos un agradable recuerdo.
Lógicamente, en nuestra ciudad y alrededores el nombre de Paquito dice poco al aficionado en general, pero para cualquier seguidor avanzado sí le tiene que traer recuerdos porque había sido unas cuantas veces internacional como jugador, habiendo obtenido varios títulos. Era un jugador físico, de empuje, por lo que ahora, con la preparación de nuestro tiempo, podría haber brillado perfectamente en cualquier equipo. No hay que olvidar que por entonces el Valencia era un equipo potente, cuyas figuras eran el goleador brasileño Waldo y el extremo levantino Guillot, al que se recuerda por su calva.
Como entrenador, Paquito brilló menos que como jugador, las cosas como son. Trató de imprimir su sello en los equipos por los que pasó y sólo en el Villarreal –circunstancia que estos momentos se recuerda– conoció el triunfo. Probablemente, este artículo no le diga nada al noventa por ciento de los que lo lean. Pero van a permitir a un veterano aficionado que cuente algo de lo que da de sí su memoria y rememore de la mano de Paquito aquellos programas como “Carrusel Deportivo” (radio) y aquel legendario “Ayer, domingo” (televisión) que no olvidamos.