Para los que han podido exteriorizar su desilusión por el cartel del Teresa Herrera de este año, recordar que no siempre se se ha podido disfrutar de ediciones en las que participaban  equipos campeones de Europa o clubes punteros del fútbol europeo y sudamericano.

Sin ir mas lejos, traigo el recuerdo del cartel de la XXII edición, celebrada en el año 1967, después de varios años en los que el trofeo se disputó a partido único: Atlético de Madrid – Vitoria de Setúbal en el 65 y Real Madrid – Real Club. Deportivo en el 66,  a la Comisión municipal que lo organizaba se le ocurrió la idea -seguramente por falta de recursos económicos- de montar un cuadrangular con los principales equipos gallegos, y que contó con la participación del Pontevedra C.F., Rácing de Ferrol, Celta de Vigo y nuestro Real Club. Deportivo.

Por esas fechas el único que militaba en Primera División era el Pontevedra, aquel del “hay que roelo”, los vigueses militaban en Segunda, los ferrolanos en Segunda B y el Deportivo volvería esa temporada a la máxima categoría.

El magnífico trofeo, valorado en ciento veinticinco mil pesetas, era presentado en Santiago y en las cuatro ciudades de los equipos participantes, organizándose también puntos de venta de entradas, para mayor comodidad de los aficionados de dichos equipos. Fueron numerosas las excursiones que desde diferentes puntos de Galicia acudieron a Riazor ese año, para animar a sus equipos, lo que redundó en buenos ingresos para la Beneficencia municipal.

La primera eliminatoria, celebrada el sábado 24 de junio,  enfrentó a los dos equipos del sur con victoria para los jugadores del Celta por un apretado 3 – 2. Al día siguiente se enfrentaban el Rácing de Ferrol y el Deportivo, clasificándose el equipo departamental, después de los 130 minutos de juego, por mayor acierto en la tanda de penaltis. El equipo de Satur Grech venía reforzado con tres jóvenes promesas del Atlético de Madrid: Ocaña, Bernal y Varilla.

Como los equipos eran todos de localidades gallegas y las distancias eran cortas, se alargó la disputa del trofeo a la semana siguiente. El miércoles se celebró el partido de consolación entre el Pontevedra y el Deportivo, venciendo los coruñeses por un claro tres a uno a los de Pasarón.

Para recuerdo de los viejos aficionados citaré las alineaciones de los dos equipos plagadas de jugadores que estuvieron muchos años en sus clubes y que los aficionados nos sabíamos de memoria. Por el Deportivo jugaron: Juanet; Suco, Gatell, Domínguez, Sertucha, Manolete; Ribada, Beci, Pellicer, Loureda y López. Manolete y Pellicer pronto se irían al Valencia y Barcelona respectivamente. Por el Pontevedra se alinearon los Celdrán; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Vallejo; Odriozola, Martín Esperanza, Neme (Norat), Fernández y Yosu.

La final se jugaría el jueves entre el Celta y el Rácing de Ferrol, vencedores de las eliminatorias previas. Se dijo que en Ferrol no quedaban autobuses disponibles, dada la demanda de excursiones para presenciar la final.

El trofeo se lo llevó el Racing, que venció al Celta por tres a cero. El Celta presentó el siguiente equipo, Lucho; Pedrito, Manolo, Herminio; Costas, Viñas; Lezcano, Lito, Abel, Rivera y Suco. En el Rácing jugaron, Zumalave; Pepiño, Arturo, Ocaña; Igartua, Bernal; Arroyo, Castro, Sornichero (Juan), Ledo y Varilla con goles de Ledo, Arroyo y Varilla. Como puede observarse, cuatro de estos jugadores habían pertenecido o pertenecerían después al Deportivo.

Toda una hazaña para el historial del Rácing, que venció merecidamente al Celta con sus armas de velocidad y coraje. Al finalizar el encuentro y una vez entregado el trofeo, “los ferrolanos dieron la vuelta al campo entre una atronadora ovación y el júbilo desbordado de sus incondicionales que saltaron al terreno de juego para abrazar y felicitar a los vencedores” según decía la crónica del partido.

Con todo eso quiero expresar que la emoción del fútbol está en los colores de tu equipo, sin olvidarme de que también nos gustaría ver a los mejores jugadores del mundo.

¡Otro año será!