Todos los clubes tienen a ese jugador que les hace morder el polvo una y otra vez. El futbolista que le tiene tomada la medida. Más allá de Messi, Cristiano Ronaldo y los delanteros de otros tiempos en que el gol se producía con mucha mayor asiduidad, a los que ya llevamos unos años peinando canas se nos vienen a la cabeza nombres como Víctor Fernández, Javi Guerrero o Adrián Colunga.
El primero le metió al Dépor nada menos que 10 goles en 20 partidos, con tres equipos diferentes: Tenerife, Valladolid y Villarreal. El segundo marcó 8 tantos en 11 enfrentamientos, con el Racing de Santander y el Recreativo de Huelva. El tercero firmó 6 dianas en 7 duelos frente al Deportivo, en las filas del Recre y del Getafe. Hay varias curiosidades entre los numerosos verdugos blanquiazules. José Luis Zalazar, papá del exdeportivista Kuki, perforó la meta blanquiazul en 9 ocasiones en 14 choques con el Albacete. O un reciente exdeportivista, el internacional venezolano Miku, se enfrentó en toda su carrera cinco veces al equipo coruñés, al que le hizo cinco goles, con Getafe, Rayo Vallecano y Arenteiro.
El Deportivo se verá las caras mañana con uno de sus más recientes verdugos habituales. El colombiano Luis Suárez se cruzó en cuatro ocasiones con los deportivistas y marcó tres goles, uno con el Nàstic y dos con el Zaragoza. El actual máximo goleador de Segunda es una de las grandes amenazas del todopoderoso UD Almería. Pero no la única. La dinámica de derrotas del año pasado afectó mentalmente a una plantilla que, libra por libra, es la mejor de la liga. Los pupilos de Rubi tardaron en arrancar, pero ya lo han hecho. La primera gran prueba de fuego para el Dépor de Gilsanz.