Cuando un jugador o jugadora cae sobre el verde y se lleva las manos a la rodilla con gestos de dolor, se produce un grito ahogado entre los espectadores. La lesión de ligamento cruzado se ha convertido en la peor pesadilla del fútbol. Actualmente, en la Liga EA Sports hay ocho jugadores que se encuentran en recuperación y siete futbolistas en la Liga F. Pese a que las cifras en este caso no acompañan, las mujeres sufren esta lesión con una frecuencia y gravedad hasta tres veces mayor que los hombres.
Cabe destacar que en el caso de las mujeres existen condiciones anatómicas que no se han tenido en consideración a lo largo del tiempo. Faltan estudios con muestras femeninas que tengan en cuenta la anchura de la cadera y la desviación de la articulación de la rodilla. Después de que el pasado verano, esta fuera la causa de que al menos diez jugadoras se perdieran el Mundial, en el mes de diciembre la UEFA presentó un nuevo proyecto. Este se centrará principalmente en la concienciación y la prevención de dicha lesión en el fútbol femenino.
En términos generales… ¿esto ya pasaba antes? ¿Estamos ante un efecto Baader-Meinhof (en el que de repente vemos algo por todas partes porque hay más conciencia de ello)? ¿O es que realmente hoy en día existe un repunte en cuanto a estas bajas? De ser así, ¿cuál está siendo la causa y cuál es la solución?
Si ponemos atención a los datos, en las cuatro últimas temporadas de Primera División ha habido un aumento exponencial de los casos. La causa de esta epidemia se ha debatido durante meses: acumulación de minutos, tipo de calzado, falta de entrenamiento propioceptivo… Y aunque seguramente no se trate de un único factor determinante, la cuestión en la que recientemente se ha puesto el foco es la realidad de un calendario apretado sin descansos adecuados.
A medida que los campeonatos y torneos nacionales e internacionales, tanto a nivel de clubes como de selecciones, han ido aumentando, también ha habido un incremento de las lesiones. Los números no mienten. Personajes como Pep Guardiola (Manchester City) o Xavi Hernández (FC Barcelona) se han pronunciado al respecto. Tras la lesión de Gavi con la selección, el entrenador blaugrana aseguraba que existe un problema con el calendario y el exceso de partidos. Por su parte, el técnico del equipo inglés ha afirmado que ha tenido que rebajar los entrenamientos por riesgo de lesión durante los mismos. Además Vivianne Miedema, jugadora estrella del Arsenal, comentaba en una entrevista que los clubes no pueden seguir el ritmo de las lesiones. Aunque traten de hacer más fichajes para tener un mayor número de recambios, no es suficiente. Hace falta ayuda desde más arriba. Y aunque el problema es organizativo, UEFA y FIFA no quieren renunciar a competiciones porque todo ello supondría pérdidas de publicidad y dinero.
El fútbol, además de haberse convertido en el deporte por excelencia, es un negocio que diariamente mueve cantidades ingentes de dinero. Está claro que las lesiones de larga duración se han agravado en los últimos años por diversas circunstancias. Es necesario tratarlas y prevenirlas desde un punto de vista médico y estructural. Ojalá este 2024 que entra trace un punto de inflexión y las investigaciones e inversiones realizadas marquen un cambio positivo. Continuar disfrutando de este deporte de la manera más sana posible es vital. Lo económico nunca debería estar por encima de la salud y la calidad de vida de los jugadores y jugadoras.