H oy jugamos otro partido decisivo. Otro más. Y de aquí a que se acabe la liga mucho me temo que todos van a ser decisivos. Es lo que toca. Todos los equipos y en todas las categorías se están jugando algo a estas alturas del campeonato. Después del partido de hoy tocará Unionistas que lucha por salvarse, luego vendrá el Fuenlabrada con lo mismo, el Racing de Ferrol que lo tenemos a un punto… y así todos. Y el Deportivo no es una excepción, lógicamente. Hoy se espera en Riazor otro llenazo por lo decisivo del partido y también por el rival, que nos viene pisando los talones. Pero también porque es el filial del eterno rival. Y eso para algunos tiene la consideración de derbi. Y qué quieren que les diga, a mí no me lo parece. Tampoco me lo parece el partido ante el Pontevedra, que no deja de ser un duelo regional, autonómico o como quieran llamarlo ante un equipo que nos cae más o menos bien. Ni tampoco ante el Racing de Ferrol, otro rival regional, autonómico o como quieran llamarlo que no nos cae tan bien. El derbi, lo que se dice el derbi, es contra el primer equipo del rival de esta tarde. Lo de hoy es una humillación. Y ya llevamos seis desde que caímos al pozo de esta tercera categoría.
No voy a negar que hoy jugamos un partido que a todos nos apetece ganar más que otros. Y ya no sólo por el aspecto deportivo, que también, sino por el hecho de callar esas bocas que se reían de nosotros cuando montaron el circo de los mariachis y luego no se les vio al final del partido tras el 0-3 que encajaron. Pero, en cualquier caso, a mí me sigue pareciendo una humillación jugar contra el filial del que es nuestro eterno rival. Me pareció una humillación espantosa cuando en un Riazor vacío por la pandemia nos ganaron en casa. Me pareció una humillación jugar contra ese filial en un campo desde donde se veían las casas de enfrente con la ropa tendida, aunque luego ganáramos por ese mencionado 0-3. Me pareció menos humillante el partido de Riazor del año pasado, porque hubo una gran entrada y ganamos 5-0. Y me pareció humillante perder el año pasado allí (y me pareció vergonzoso el comportamiento cafre del público de Balaídos ese día, pero eso ya es otra cuestión). En definitiva, que creo que mientras sigamos jugando contra este filial nunca podremos estar contentos.
Lejos nos queda ya aquel derbi de 1999 cuando los dos llegaron a aquel partido de primero y segundo en la clasificación de Primera. Estaban en ese momento a cinco puntos y se fueron a ocho tras la victoria con gol de inolvidable Turu Flores. El otro día le comentaba a mi sobrino de 18 años si él se imaginaba que el Sporting y el Oviedo fuesen los dos primeros en Primera. O el Elche y el Hércules, por ejemplo. Y claro, se lo tomaba a broma. También queda lejos aquel hat trick de Víctor en el 0-5 de Balaídos. Y más cercano quedan aquellos derbis en Segunda en la 2011-2012 cuando Lassad en Riazor y Borja en Balaídos marcaron sendos goles en sendas victorias que jamás olvidaremos. Esos sí que eran derbis para recordar.
Por supuesto que el partido de hoy tiene muchos componentes que lo hacen más que importante. Por un lado, ganar nos daría tranquilidad. Mucha tranquilidad. Que falta nos hace tras los últimos partidos. Alejaríamos al rival y le superaríamos en el goal average. Por el contrario, perder nos pondría en una situación muy complicada y, lo que es peor, el ambiente puede volverse irrespirable, pero esperemos que esto último no suceda y mejor no pensar en ello.
Hoy jugamos contra el eterno rival en su versión B. Esto no es un verdadero derbi para mí. Pero eso sí, qué ganas tengo de ganarles.