El regreso del Dépor a la Segunda División está siendo complicado. Los hombres de Imanol Idiakez acumulan tres derrotas en cinco partidos. No cabe duda de que hay que mejorar.
Y, encima, la derrota en Córdoba se produjo cuando el equipo parecía que empezaba a arrancar. Pero el fútbol es caprichoso, y lo que una semana parece esperanzador a la siguiente se vuelve a torcer. Habrá que tener paciencia.
En la afición surgen muchas dudas. Antes de comenzar la competición había un gran entusiasmo. Y, ahora, salvo el día del derbi ante el Racing, los seguidores han vivido ya unas cuantas decepciones. Más, incluso, que en los meses precedentes.
Los aficionados blanquiazules quieren volver a ver al equipo que les encandiló en el primer semestre de este 2024. Estaría bien, pero creo que cada vez está más clara en la parroquia herculina la diferencia entre la anterior categoría y la actual.
Hay que adaptarse a un fútbol mucho más complejo. Por eso se le llama profesional. De todas formas, la clave es la de siempre. El gol. Una vez que el equipo anote con más frecuencia, el camino no será tan tortuoso.
Veremos lo que sucede en las próximas semanas. Ahora toca pensar en volver a Riazor, que siempre es una buena noticia. Con el Burgos como rival. Otro hueso. Pero confiemos en que, con el apoyo de esta afición que nunca se rinde, poco a poco el equipo vaya encontrando su sitio en la categoría.