De inicio, el equipo fue un manojo de nervios, pero poco a poco lo fue solventando, con los goles y con la tranquilidad de tener a ese jugador diferencial llamado Lucas.
Sorprendió que no jugase de inicio Lebedenko. Óscar Cano dio entrada a Raúl Carnero, quizá para darle más profundidad y mejor centro al equipo.
El partido se le presentó mal desde el inicio al Depor, ya que a los pocos minutos se le puso en contra con un balón en el que el ‘Fuenla’ presionó en medicampo. Vieron a Mackay adelantado y golazo. No se lo esperaba el portero coruñés. En su descarga hay que decir que el estar jugando en casa te obliga a estar adelantado y que tenía el sol de cara.
Reaccionó el Depor. El equipo estaba combinando bien, pero no tenía fortuna con grandes paradas del portero rival a tiros de Lucas. Ya en el 32 llegó el gol y la locura posterior. El rápido 2-2 de Soriano dio margen de maniobra para que en el descanso ajustara cosas Cano, porque el Fuenla estaba complicando. Y lo hacía con su fútbol. Venían a romper el ritmo, a hacer faltas y a poner nervioso al Depor.
En el segundo tiempo entró Svensson por Isi, que no estaba encontrando su sitio. Siempre revoluciona el ataque, da empuje y velocidad. Interesante fue cuando Lucas le instó a que mantuviese su posición en mediocampo, ya que fruto de su ímpetu estaba muy arriba.
Entre la parada clave de Mackay y la muy merecida guinda de Lucas se cerró el partido. Buen partido e importante aire para visitar al Racing de Ferrol.