Por norma general, el aficionado al fútbol no se fía de su entrenador. Son muy pocos los técnicos a los que se le concede crédito en sus decisiones más allá de si son respaldadas por los resultados. Y a veces ni eso. Buena parte de las críticas se centran a menudo en los que no juegan. Aunque las sospechas sean fundadas, todos quieren ver la ‘mercancía’ con sus propios ojos, que no sea otro el que se lo cuente. Aunque ese otro se gane la vida haciendo precisamente eso.
Es así como el inquilino del banquillo ejerce siempre como el primer escudo para las direcciones deportivas. Una protección que, salvo contadas excepciones, dura lo que el futbolistas en cuestión tarda en saltar al verde. Los entrenadores del Deportivo han vivido en los últimos años varias situaciones en las que han dejado al respetable con la duda. Piezas de la plantilla que han dejado el equipo sin pena ni gloria, cuya carrera no ha remontado pero sobre los que alguno todavía se pregunta “qué podría haber sido?”.
Una vez conocida la lesión de Rafa Obrador, no parece que este vaya a ser el caso de Nemanja Tosic. El lateral serbio llegó a última hora en el mercado de enero después de que Sergio Escudero dijera adiós a la temporada entre el habitual oscurantismo de Abegondo. Sus credenciales, con únicamente experiencia en el fútbol de su país hasta hace unos meses, cuando puso rumbo al Zurich, donde apenas tuvo oportunidades, provocaban, como poco, cautela a la hora de valorar al sustituto de uno de los futbolistas como más experiencia de la plantilla y al recambio de un joven debutante en la categoría y sobre el que la carga de minutos colgaba como espada de Damocles.
Fernando Soriano tranquilizó en la puesta de largo de ‘Nema’. A falta de méritos, el director deportivo tiró de perfil a la hora de definir al balcánico. Un presente para Óscar Gilsanz y su inclinación a cerrar los partidos protegiendo el área y añadiendo músculo y centímetros en los últimos metros.
Tiene esto dos pequeños problemas. El primero es que para defender un resultado, primero hay que ir ganando. El otro es en el que está metido ahora el propio Gilsanz y el Dépor, ¿cómo solucionas la baja del titular si el suplente es tan diferente? La puesta en escena de Tosic hace más de un mes ante el Eldense no fue la mejor, pero sería injusto dictar sentencia por un partido nada más aterrizar en A Coruña. Por eso las próximas dos semanas serán importantes para él... y también para Soriano.
Hasta el momento, solo Eddahchouri parece dar ciertas garantías de los jugadores que llegaron en enero. Sin Obrador, las siguientes jornadas supondrán un examen para Tosic. Para empezar con la decisión de Gilsanz. Aunque si el serbio no es elegido, siempre quedará la duda entre el empeño del técnico y el rendimiento que puede dar el futbolista. Si la oportunidad es para el nuevo ‘11’ deportivista, será el verde, y la grada, el que juzgue. A Tosic, pero también al que lo reclutó.