Mucho se ha dicho de que Borja Jiménez no ha sabido ni sabe manejar o gestionar ciertas situaciones que se dan en el día a día. No pasa nada cuando los resultados acompañan, pero si vienen mal dadas todo sale a flote.

Como todo en la vida en el seno del Deportivo falta que cale el discurso único, el único válido para solventar cualquier tipo de crisis. No es lo mismo que tire del carro uno solo que lo haga todo el equipo. Pues bien. ¿Qué papel están jugando los futbolistas? ¿Volverán a bajar los brazos como lo hicieron en Badajoz dando más lástima que pena? Entiendo que se sientan presionados y es que es necesario que lo estén. Así que no queda otra que tirar de orgullo al pertenecer al club más laureado de Galicia y dar la cara ante un adversario menor, el Celta B.

Como dice el entrenador blanquiazul solamente vale la victoria sin mirar ni arriba ni a los lados, solo de frente a un conjunto celeste que lleva dos derrotas consecutivas. El Depor regresa a Balaídos. La última vez lo hizo en 2018, año del descenso a Segunda. Hoy toca una alegría.