No hay nada en el fútbol como una victoria para curar de todos los males habidos y por haber. Cierto que con el Depor hay enfado generalizado por la derrota, pero muy poquito. El aficionado blanquiazul ha demostrado muchas veces que jamás le da la espalda a su equipo.

Borja Jiménez tendrá que demostrar, como es lógico, que es capaz de gestionar los malos momentos y fortalecer a sus futbolistas anímicamente. Nada ha cambiado, el Depor sigue líder de la categoría. En cuanto vuelva a encontrarse con el gol las cosas serán más llevaderas, pero hay que afanarse (que no es lo mismo que agobiarse) en ver portería rival. Vamos, que la pelotita entre al fondo de la red rival.

El pasado miércoles el equipo no estuvo a la altura esperada, pero eso seguro que pasará alguna vez más. Corregir errores es fundamental, porque ahora los rivales le han tomado la matrícula y saben cómo plantarse en el terreno de juego. Un adversario, aunque se sienta inferior, acentúa su defensa. El Depor tiene que tener herramientas para ser efectivo de cara al gol.