Hoy me pasa lo mismo de siempre cuando jugamos un sábado, que escribo estas líneas antes del partido y se publican cuando el encuentro ya ha acabado. Y claro, si hemos empatado o perdido hoy estaremos de enfado/tristeza/indignación y no sé cuantas cosas más. Y si hemos ganado, aunque haya sido como el día del Mérida, pues estaremos muy felices y volviendo a echar cuentas y pensando que eso de quedar de primeros es posible. Sea como sea, lo que pienso hoy, cuando aún no hemos jugado contra el Fuenlabrada, es que hay que seguir creyendo.
Hace tan sólo cinco jornadas escribía acerca de los rivales del Deportivo por la primera plaza. Escribía sobre el hecho de que todos acababan pinchando e incluso pasando una mala racha de resultados. En la jornada 25, hace poco más de un mes, le habíamos metido un 5-0 al Badajoz, estábamos a un solo punto del Alcorcón, le sacábamos uno al Castilla, cinco al Córdoba y seis al Rácing de Ferrol. Hoy, después de una racha en la que sólo hemos ganado un partido, hemos empatado dos y hemos perdido otros dos, lo lógico sería que tras esos 15 puntos disputados nos hubieran superado todos e incluso algún equipo se nos habría escapado definitivamente, como pasó con el Rácing de Santander el año pasado. Se supone que ganando nosotros 5 puntos de 15 posibles los rivales seguirían ganando -que para eso están arriba en la tabla- y se nos escaparían. Pues bien, en esos cinco partidos el líder Alcorcón sólo ha ganado tres puntos más, el Castilla otros tres, el Córdoba está incluso más lejos (aunque con un partido menos) y sólo el equipo de Ferrol nos ha alcanzado y superado y lleva un montón de partidos seguidos ganando. Pero vaya, lo mismo le pasaba al filial celeste y todos sabemos lo que pasó hace poco cuando vinieron a Riazor.
Tengo mi opinión sobre Óscar Cano, sobre su valía como entrenador y sobre como me cae cada vez que habla y sobre el apoyo que tiene entre la plantilla. Tengo también mi opinión sobre los jugadores, sobre su rendimiento en el campo, sobre la calidad que se les supone y sobre lo que luego demuestran, sobre sus declaraciones cada vez que no obtenemos un buen resultado. Tengo también mi opinión sobre la calidad que tienen para jugar en Segunda B y de la calidad que creo que tienen para jugar en Segunda si finalmente ascendemos. Pero creo que eso ahora mismo no importa.
Quedan sólo 8 jornadas -7 cuando se publique estas líneas- y ya se acabaron los discursos de “queda mucha liga”, “tenemos que corregir esta cosa o la otra” y otras frases del estilo. Luego llegará el verano y será entonces cuando habrá que valorar quien sirve y quien no. Será entonces cuando la directiva tendrá que tomar las medidas que sean, incluyendo decidir sobre ellos mismos. Pero no ahora. Cuando ya estamos en pleno mes de abril y queda poco más de un mes para que se acabe esta temporada no es momento de reproches. Esperemos que cuando todo termine tengamos pocos reproches que hacer o que se nos hayan olvidado muchos de ellos, pero, en cualquier caso, lo que toca ahora es seguir creyendo y apoyando al equipo.
Espero que el resultado de ayer haya sido una victoria. Si no ha sido así me imagino que muchos habrán leído el titular de este artículo y me habrán mandado a algún sitio feo. Lo asumiré.