Cómo somos los coruñeses con el fútbol. El martes dimos, de nuevo, una lección de cómo se lleva en volandas a un equipo. Claro que enfrente nos encontramos con un grupo de jugadores animosos, valientes y con ganas de disputar cada balón. Así da gusto dejarse la garganta.
Buscarle cualquier parecido a la selección y al Deportivo sería una aberración, sin embargo hay algo en lo que sí podían asemejarse: en la actitud. Y, desgraciadamente, todo parecido con la realidad es pura ficción.
En los últimos días he visto dos docuseries que me han abierto un poco más la mente si no lo tenía yo ya muy claro. “La fuerza del grupo”, sobre la selección de Luis Enrique y “Todo o nada”, acerca del Manchester de Pep. De ambas he sacado la conclusión de que importante son las consignas tácticas del entrenador, pero vitales las guías mentales con las que te hacen saltar al césped. Viendo a Guardiola y a Luis Enrique en la charla pre-partido hasta me dan ganas a mí de salir al campo y comerme al rival. Qué manera de tocarte la fibra, de hacerte sentir fuerte, de ponerte el éxito al alcance de tu mano… Todo ello dirigido a hacer robusto al conjunto, sin miedos, sin complejos.
Qué decir cuando miro al banquillo de nuestro equipo y veo lo que veo. Un entrenador con un discurso carente de autocrítica, dispuesto a echar balones fuera, superado y cero empático. Y me refiero respecto a sus propios jugadores que es lo preocupante, porque de las ruedas de prensa y de la entrevista que concedió hace unos días ya no quiero ni hablar.
No soy creyente, me gustaría, pero Dios no me ha concedido esa virtud. Aun así, me encomiendo a un ser superior de cara al futuro del Depor, porque si lo dejamos solo en manos de los que están…asusta.
Y del susto, al enfado. Volviendo al tema de la selección, hay un movimiento imparable de enganche del combinado nacional con la juventud de nuestro país. En Riazor y aledaños, vi a los chicos y chicas flipando con Pedri, Gabi, Yéremy, Olmo y compañía. Los jóvenes se ven reflejados en estos jugadores y eso crea un ambiente muy especial en torno al equipo.
Lástima que, de nuevo Borja, no haya sabido gestionar a nuestros canteranos y a unos los haya obviado, a otros exigido físicamente de más, y a otros arrinconado. Caramba Borja, te estás luciendo!