Tras unas semanas convulsas, el deportivismo vive dos noticias esperanzadoras. La confección de los grupos de la 1ª RFEF ha sido - ¡por fin! - geográficamente coherente al establecer una distribución norte-sur en la planificación de la categoría. A priori el grupo del Depor parece más asequible y se libra de pesados viajes atravesando España de punta a punta.
La otra alegría, más bien esperanza, es que la Propiedad ha decidido proponer a los dos primeros consejeros de la nueva Directiva. Carlos Ballesta y Álex Bergantiños formarán parte del Consejo de Administración en el futuro proyecto del RCD. Comparten ambos su pasado deportivista y su conocimiento de la Casa blanquiazul. Los dos aportarán aptitud y compromiso en sus nuevas funciones. Esperamos que sus consejos y/o decisiones tengan el respaldo decidido del propietario.
Entristece, por otra parte, la retirada de Álex como futbolista. El capitán ha sido un ejemplo dentro y fuera del campo. Aceptó desde el principio sus cesiones como el camino para llegar al primer equipo. Desfiló por el Jerez, Granada y Nástic antes del regresar a su equipo del alma. Una vez asentado en el medio campo con actuaciones decisivas ante equipos tan potentes como el Barcelona, fue cedido de nuevo al Sporting. Sufrió una denuncia surrealista tras el esperpéntico caso Fuenlabrada. Vivió el ostracismo de entrenadores como Cano que apenas le dio cancha en su once titular. Y nunca protestó. Algo parecido podríamos decir de Carlos Ballesta, el gran defensa de cierre de los años 70/80, y fiel discípulo y colaborador del añorado Arsenio. Sólo queda agradecer a Carlos y Álex sus servicios, su humildad, su liderazgo en el campo y desearles buena suerte en sus nuevas funciones dentro de un nuevo Consejo que estaba hambriento de perfiles profesionales conocedores del futbol, como el que acreditan ambos.
Sigue, sin embargo, la incertidumbre en la plaza de Pontevedra que va soltando breves comunicados que no se sabe si van dirigidos a calmar las aguas o a aumentar la ansiedad del aficionado. Falta mucho por hacer de cara a la próxima temporada y hay muy poco tiempo si tenemos en cuenta que la Asamblea del 17 de julio deberá nombrar un nuevo Consejo de Administración. En esta situación, la toma de decisiones es casi suicida ya que la Directiva elegida por la Propiedad deberá asumir todas las decisiones adoptadas sin su aprobación.
Semanas difíciles para el socio mayoritario y angustiosas para el deportivismo en ese extraño compás de espera. Aguardemos que tras la tempestad vuelva la calma con renovadas esperanzas, si la entendemos como la espera de que suceda algo bueno.
@pgarcia_ramos