Sí, el señor Escotet, preocupado y supongo que extrañado por este viraje en la trayectoria del barco deportivista, ya ha tenido las conversaciones pertinentes con el Comandante Villasuso para conocer de primera mano cuáles son las causas o posibles causas.
La luz roja se ha encendido. Y es lógico. Pero debe ser la luz roja de la preocupación, no la de ‘volvernos locos’. Es tiempo de lucir calma. Es momento de que las cabezas pensantes de esta plantilla ahora azotada por los malos resultados, entiéndase Rosende y Giménez, estén al lado de su elegido, y que Borja se sienta apoyado. La soledad solo le llevaría a peores decisiones. Y ya lleva muchas difíciles de entender.
Yo no estoy extrañada de esta crisis del Depor. He de decir que lo estaba más hace semanas, cuando los resultados eran harto positivos con un juego mediocre y aburrido. ¿Diferencias? El estado de gracia de jugadores como Miku y Quiles. ¿Causas? Uno ha visto rota su racha. Y el otro ha perdido sorpresivamente peso específico en el once. Si a eso le sumamos que la segunda línea carece de gol, o lo tiene residual, nos topamos con la realidad.
Pero hay más causas. El tipo de juego. Se reduce a jugar al pie. Todo previsible. Mucho control pero cero creatividad. No hay cambios de velocidad que generen situaciones interesantes. Con esto, los rivales te tienen cada vez más pillada la aguja de marear. Le meten un doble marcaje a Miku, se ensañan un poco con el único jugador distinto, que es William… y adiós.
Alguna causa más. El aspecto mental. Veo a los jugadores que saltan al campo irritados, indignados, reclamando todo. Enchufados sí, pero interpretando mal. Y eso contagia al aficionado que además de animar –ya sabemos cómo es Riazor– se pierde lamentándose contra al árbitro y sus decisiones. Y es evidente que los colegiados de la categoría son malos, pero entiendo que no tienen nada en contra de nuestro club. Nunca he entendido esas teorías conspiratorias, a mi entender, propias de quién no sabe de qué va esto del fútbol.
En definitiva, hay que ser críticos. Yo llevo siéndolo desde la jornada 3. Pero sin perder el norte. Confío en nuestro equipo en la misma medida que confío en los errores de los rivales. ¿Conclusión? Dentro de 11 partidos estaremos arriba. Salud y suerte!