Se consiguió el triunfo, pero un equipo que quiere ser campeón tiene que salir con otras ganas. Un poco más de predisposición, de intención de machacar al rival.
La alineación fue la esperada. Sí sorprendió más que Svensson, titular en Ferrol, pasara en esta ocasión al ostracismo no disputando ni un minuto.
El equipo empezó con el pie cambiado. Me esperaba presión alta por parte del Ceuta y todo lo contrario. Fue el Depor quien, en un movimiento táctico poco visto hasta ahora en Riazor, presionó al rival para que no saliese cómodo.
En ese partido extraño, el conjunto blanquiazul dominó la primera mitad sin tirar a gol y llegar al área contraria.
El Ceuta hacía un repliegue total cuando atacaba el Depor, dejando a Rodri descolgado arriba. Ese detalle fue importante en la estrategia, porque obligó a que uno de los centrales se quedara en algunas ocasiones vigilando. Luego ese rol pasó a Antoñito.
En el segundo tiempo más de lo mismo. Con el equipo aún atascado llegó el gol y luego los dos palos. Mientras tanto, como es habitual, pocos cambios de Cano. Olabe por Isi debido a la cartulina de este último, Kuki que dio algo de mordiente y Bergantiños para cerrar. Sigue sorprendiendo que con once hombres en el banquillo sólo dé entrada a tres.
El equipo necesita mucho más, no atraviesa un buen momento de juego. En esta ocasión se puede escudar en la racha del Ceuta, pero para ganar por fin fuera de casa deberá mejorar su nivel.