Sinceramente es fácil entender que el aficionado blanquiazul esté molesto con su equipo al seguir decepcionando con lo mucho que se juega en cada partido. El Depor en Lezama dio muestras de ser poco ambicioso y salir airoso con el empate, que, de ser definitivo si no prospera el recurso del club, le deja fuera de cualquier posibilidad de alcanzar al Racing de Santander y, por tanto, del ascenso directo.

Claro que vale subir en el playoff. ¿Quién va a poder negar eso? Pero la ilusión era lograrlo por la vía rápida sin jugártelo en dos partidos. Pero ahora, a la vista del rendimiento del equipo, hay miedo hasta de perder la segunda plaza, que permite alcanzar el fútbol profesional hasta empatando. De los 2.390 aficionados que ayer acudieron poco más de trescientos eran deportivistas. Tuvieron que ‘tragar’ que su equipo no estuviera a la altura. Eso no significa que, después del cabreo, lo dejasen de apoyar.

Algo que debería de preocupar al Consejo es la fama que el Depor está pillando de ‘llorón’. No digo que no se deba recurrir. Serán los comités los que determinen si hubo alineación indebida del Athletic B. Ojalá. Pero ¿se recurriría si hubiésemos sumado los tres puntos? Dicho queda.