Rubén de la Barrera llegó al Deportivo con ideas nuevas y con la intención de recuperar a hombres que apenas contaban para el anterior técnico, Óscar Cano.

En este sentido, recobraron la titularidad hombres como Trilli, Lapeña, Lebedenko, Álex Bergantiños o Yeremay, que habían caído en el ostracismo.

El partido se le puso muy de cara a los coruñeses, que ya gozaron de una oportunidad por medio de Svensson en el primer minuto de encuentro; el atacante barcelonés no perdonaría tras gran asistencia de Lucas Pérez en el minuto 4.

Mackay estuvo muy inspirado en el 9’ para evitar el empate del Algeciras en un remate a quemarropa.

En el minuto 11 el Deportivo redoblaba su ventaja gracias a una excelente maniobra de Yeremay tras asistencia de Soriano. Jugó con más descaro.

A los 33 minutos un error garrafal de Rubén Miño para certificar el 3-0.

Tras el paso por los vestuarios el Deportivo bajó el pistón, dejando que el tiempo pasase en el segundo acto, sin apenas forzar la máquina y congelando el balón. El equipo estaba cómodo por su amplia renta, mientras el público de Riazor vivía una tarde de las más plácidas de toda la temporada, frente a un Algeciras con el punto de mira romo.

Svensson aprovechó un gran servicio de Lucas para anotar el 4-0, completando la fiesta y sentenciando.

De la Barrera hizo debutar a Mella, mostrando un gran desparpajo; el Deportivo gana en confianza. l