Una rápida radiografía de la situación actual del Deportivo. Un presidente, Sr. Couceiro, que no tiene reparo en tergiversar la realidad. Su análisis de la última campaña así lo corrobora. Un director ejecutivo, Sr. Villasuso, que pierde credibilidad en Rúa Nueva cada segundo que pasa. El penúltimo desencuentro ha sido con las peñas. Una secretaría técnica a la que no le “cogen el teléfono” porque apenas los conocen en los ambientes del mercadeo futbolístico. El adiós de Juergen Elitim es un claro ejemplo de la carencia de peso y poso de la dupla Rosende-Giménez. Y una Propiedad ‘cagada’ ante lo que ve venir. Una Propiedad que quiere hacer, que necesita hacer, pero a la que le falta el último arresto. ¿Qué quiere hacer? Darle un vuelco a todo, no seguir con la pantomima actual, y poner al frente a personas que sepan lo que se traen entre manos.
Y es fácilmente entendible. Si aun haciendo las cosas bien, no hay seguridad de triunfo, y menos en fútbol, qué puede ocurrir si ya se parte con el renglón torcido.
Yo le llamo renglón torcido a los fichajes que se están haciendo, buenos jugadores de Segunda B, sí, pero sin más. El Depor precisa 3 ó 4 efectivos que den el salto de calidad, que rompan con lo que hay, que sean determinantes. Lo que ocurre es que no sé si la actual secretaría técnica maneja esas agendas y, sobre todo, si los agentes están por la labor de traer a esos jugadores a este equipo.
Ahí hay mucho que negociar, mucho tira y afloja. Y perdónenme que dude de la capacidad. Sobre todo después del adiós de Juergen.
No siguió en A Coruña por una falta absoluta de credibilidad en Rosende y su proyecto. Desgraciadamente en esas andamos.
Y no me extraña. Os cuento otra. Rosende y Giménez (el segundo mucho más válido que el primero en lo que a fútbol se refiere) se reunieron semanas atrás con un técnico que este pasado año entrenó en Segunda B. Un muy buen entrenador, por cierto. Pues en la mitad de la charla, Rosende le pidió si le podía pasar una sesión de entrenamiento. Algo inaudito. El entrenador se quedó perplejo.
Ese es el nivel que todo un Deportivo de La Coruña está mostrando en los backstage del fútbol. Sobre el terreno de juego estamos en Tercera División. En la gestión deportiva, en cuarta regional.
Eso es lo que pasa cuando a un ejecutivo lo ponen de presidente, a un hombre de confianza de director general y a un periodista llevando las riendas de una plantilla de nivel. Piense Sr. Escotet, piense y actúe. Por el bien del Deportivo y de todos.