Después de un largo descanso veraniego y con ansiosa espera, el Deportivo está a dos pasos de iniciar un nuevo periplo en la Liga de Fútbol Profesional, tras una recta final en la temporada pasada, donde se conjuraron todos los intereses, materiales e inmateriales, para lograr la meta anhelada, la del ascenso de categoría.
Puestos ya en escena, la primera pregunta salta por inercia: ¿Cuáles son las sensaciones? Incerteza, sería mi respuesta. Por lo visto hasta ahora, los ‘actores’ no han logrado transmitir tranquilidad. Soy de los que piensan que las pretemporadas dependen mucho de su planificación y de los objetivos que se marquen buscando las mejores puntas de exigencia a lo largo de la temporada.
El plantel se reforzó en la misma tónica existente, gente que puede aportar pero sin una referencia clara de cuándo y en dónde. Por lo ofrecido en el Teresa Herrera, la imagen fue de que todo está cogido con pinzas. Referencias de determinados jugadores que posibilitaron ser algo competitivos, pero con lagunas muy peligrosas. En las últimas horas se refuerza la portería, muy necesitada. Esperemos que cuaje Leite, pues resultaría una pieza clave en el engranaje.
Lo más importante, una vez comience la competición, es que en este tiempo de incertidumbre, mientras el equipo no se estabilice con las salidas y entradas oportunas, consiga mantenerse con firmeza en la tabla clasificatoria. El calendario inicial no permite florituras y por lo tanto el partido ante el Oviedo debe ser algo más que tres puntos. Los asturianos conforman un equipo bregado, que sabe a lo que juega y debe servir de prueba de fuego para los siguientes envites. Esta Segunda División cada temporada sube un escalón en su capacidad competitiva. Actualmente podemos decir que, con determinadas incorporaciones extras, cualquier equipo podría militar en la categoría superior sin convertirse en una María.
Las cifras de las masas sociales asustan, más de 300.000 abonados entre todos los clubes. Las plataformas televisivas se frotan las manos ante semejante previsión. A día de hoy nadie se atrevería a señalar favoritos para el ascenso. Lo mismo sucede con los puestos de descenso. En resumen, se presupone una competición de muy alto nivel. El único pero que le pongo será el de los horarios en los que se pueden marcar los partidos. Domingos a las 14.00 horas, lunes a las 21.00... Todo una canto a quedarse en casa y verlo por la televisión, pero que no ayuda en nada a lo que es la autentica fiesta del fútbol en directo.
Punto y seguido blanquiazul. Me siguen sorprendiendo determinadas apuestas organizativas que se vienen exteriorizando en la entidad deportivista. No logro entender que se diga que hay 10.000 personas en lista de espera para hacerse socio y que por otro lado se pongan a un precio desorbitado las entradas para los partidos. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de esas localidades, en teoría, serán adquiridas por muchos de los que no pudieron sacarse en carnet de socio. Para más ‘inri’, veo cómo el club herculino facilita entradas a 20€ a los aficionados que se desplacen desde la capital de Asturias.
Finalizo. Me veo en la obligación moral, como en cada inicio del curso futbolístico coruñés, de preguntarle al concejal de turno si es capaz de conciliar el sueño pensando en las carencias de instalaciones que tiene la ciudad y en no poder atender la demanda de sus ciudadanos. Imagino que lo solventará con alguna valeriana que otra.
Como siempre un placer.