A  lguno se reirá con esto, pero no hay partido más clásico que un Real Club Deportivo Deportivo-Racing de Santander. Es cierto que no nos enfrentamos todos los años, como les pasa al Madrid y al Barça, ni tampoco se mueven los millones ni los títulos que poseen los dos grandes.

Ahora bien, si se fijan ustedes, el Clásico entre jugadores madridistas y azulgranas siempre es lo mismo. El primero contra el segundo.

Que yo recuerde, si le quitamos el principio de los años 80 con el Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad, el principio de este siglo con un tal Dépor y el Valencia y los pocos años en los que el Atlético de Madrid asoma la cabeza, el resto del tiempo es siempre la misma cantinela del que llaman el partido del siglo.

En cambio, Dépor y Racing de Santander hemos jugado en infinitas circunstancias.

Por lo pronto, hemos jugado en Primera, en Segunda y en Tercera, como diría aquel chico de la grada del estadio de Riazor señalándose el escudo el día que descendimos.

Hemos jugado por ganar la liga nosotros, por no bajar a Segunda B los dos, por subir a Primera los dos, por subir a Segunda los dos… De todo hemos tenido.

Hemos tenido infinidad de jugadores que han vestido la camiseta de ambos equipos. No me pongo a nombrarlos a todos porque llegaría el partido de la segunda vuelta y seguiría diciendo el nombre de futbolistas.

Pero por nombrar algunos, ha habido futbolistas en los 80, como Verón, Mauri o Pérez Durán, del principio del Super Depor, como Liaño o Radchenko, otros para luchar por la liga, como Schurrer, Munitis, Víctor o Amavisca, otros de cuando ya no éramos tan grandes, como Aouate, Juanma o Antonio Tomás.

Otros que jugaron allí después de ganar títulos con el Depor, como Manjarín, Duscher o Scaloni. Y hasta los ha habido que han jugado en ambos equipos en estos años tan malos, como Cayarga, Granero o Rafa de Vicente.

Hay partidos históricos como el de 1988 en el que Vicente nos salvó de bajar a Segunda B el día en que hicimos internacional a Alba, portero del Racing.

Hemos desplazado a miles de deportivistas a la capital cántabra para casi ganar la liga en la penúltima jornada de la campaña 1999-2000.

Y muchos años después y dos categorías más abajo tuvimos nuestra polémica con ellos con aquel aplazamiento del partido de Riazor por un par de casos sospechosos de Covid-19 en la expedición racinguista cuando íbamos de líderes y ellos de segundos clasificados.

Es el Racing un equipo al que normalmente le ganábamos. Sin embargo, es curioso que en nuestros años gloriosos nos mojaron la oreja en Riazor en más de una ocasión.

El año que ganamos la liga y no nos tosía nadie en casa ellos nos metieron un 0-3 que nos dejó con cara de bobos.

En la 2002-03, que nosotros peleábamos por Liga, Copa, Champions y lo que fuese y ellos unos recién ascendidos, nos metieron un 0-2 con goles de una de nuestras bestias negras por antonomasia, el delantero Javi Guerrero.

Y si hubo un partido que certificó el fin de la época de vino y rosas fue el que se disputó el 1 de abril de 2005 en la jornada 33. Ese día en el Deportivo jugaron, entre otros, Manuel Pablo, Andrade, Víctor, Fran, Mauro Silva, Luque, Valerón… Bien, pues el resultado fue de 1-4. Aquel día a más de uno nos quedó claro que se terminaba una época dorada.

Hoy volvemos a vernos. Ellos en lo alto de la tabla y nosotros mucho más abajo. La lógica dice que ellos son mucho mejores, pero entre lo rara que es la Segunda División y los antecedentes que hay entre Depor y Racing, pues quien sabe, igual hoy hasta tenemos una alegría, que buena falta nos hace. Crucemos los dedos.