Se cumplirá un año este jueves. El 11 de junio de 2023 el Deportivo visitaba Castalia con el objetivo de superar al Castellón en la primera eliminatoria por el ascenso a Segunda División. El optimismo moderado en la previa, la ilusión –siempre compañera del deportivismo–, el ansia por el retorno al fútbol profesional, se ahogaron entre las lágrimas de un nuevo fracaso.
Se cumple un año de la dolorosa expulsión de Mackay en el minuto 94, del gol de Cubillas en el 108, de los futbolistas, capitaneados por Álex Bergantiños y Lucas Pérez, pidiendo perdón a una grada visitante que, una vez más, como mil antes, era toda absolutamente blanquiazul, preñada de sueños que se convertían en una nueva pesadilla.
De un año a esta parte todo ha cambiado. El Deportivo ha dado un paso muy importante con el ascenso y con el objetivo de regresar más pronto que tarde a Primera, su categoría, la de su afición, su ciudad y su tierra.
Y antes de Castellón hace un año, Albacete. Y antes de Albacete, la miseria de la temporada de la pandemia en Segunda B. Y antes, Fuenlabrada. Y antes, Mallorca... El equipo, el club, puso fin ayer de manera definitiva a los cuatro años más duros de la historia deportiva de la centenaria entidad blanquiazul.
Lo hizo con los argumentos de esta temporada. Lucas soberbio, Mella intratable y el plantel dando su mejor versión en el final del curso. El Depor se ha proclamado campeón de la categoría, ha conseguido un récord de imbatibilidad, de afluencia a su estadio... Ha dado, una vez más, la vuelta al mundo de la comunicación por la magnitud de todo lo que le sucede. Un año después, de Castellón a Castellón, las cosas han cambiado mucho, esperando que sea el principio de una nueva etapa de bonanza para un deportivismo que se merece sonreír.
Lo más importante es haber regresado al balompié profesional, haciéndolo de la mano de una afición que se sale del mapa. Que rompe moldes y se ha convertido en el principal activo de una institución que quiere volver a crecer de la mano de sus seguidores.
Los aficionados más veteranos comentaban en los últimos partidos que se veía más juventud, más niñas y niños, más sentimiento que en partidos, por ejemplo, de Champions. Y es cierto. Hace algunos años, cuando el Depor empezó a perder fuerza, las camisetas de los más peques eran del Real Madrid, Barcelona, Chelsea, City, Inter... Y se veía alguna del Depor.
Solo hay que darse una vuelta por cualquier campo o parque de la ciudad para ver que, hoy por hoy, puede haber alguna zamarra de una mítica escuadra como las antes nombradas, pero la mayoría vuelve a ser blanquiazul.
Sí, de Castellón a Castellón ha pasado un año escaso y el cambio en estos casi 365 días es espectacular, lleno de ilusión y de un mañana que ha de volver a dar al deportivismo lo que el deportivismo le da siempre a su escudo. Todo.