A un a riesgo de que esta columna parezca una sección necrológica, no quiero pasar por alto la noticia del fallecimiento de algunos personajes que me hacen echar la vista atrás, incluso hasta casi mi infancia. Es el caso de la atleta Carmen Valero, verdadero catalizador del atletismo femenino nacional e internacional. Su superioridad en territorio patrio era muy grande; apenas había quién le hiciera sombra, sobre todo en la prueba de campo a través, que la que la catapultó a la cima, pues se proclamó en dos ocasiones campeona del mundo, cuando nadie lo era, y fue medalla de bronce en otra más.
Valero tenía un correr muy elegante, a pesar del esfuerzo que se realiza en estas pruebas. Ella en el atletismo vino a ocupar el lugar que había dejado –a menor escala– la nadadora Mari Paz Corominas, todavía felizmente entre nosotros y que también marcó un antes y un después para las nadadoras españolas de la época. Mari Paz fue finalista olímpica en México 1968, con tan sólo 16 años, y tuvo durante bastante tiempo una marca entre las mejores del mundo.
Valero sufrió hace días un derrame cerebral que no pudo superar. Pero quedará en el recuerdo de los seguidores del atletismo de siempre la época en que dominaba prácticamente todas las distancias que corría: 800, 1.500 y 3.000 metros, de las que tuvo muchos años los mejores registros nacionales y de las que se proclamó campeona de España en varias ocasiones. También hizo incursiones en los 5.000 (una vez campeona nacional) y en pista cubierta, donde su palmarés fue también brillante. En los últimos tiempos recibió el galardón a la mejor atleta española del siglo XX, lo que no está nada mal.
Y ya que va de necrológicas, quiero guardar un recuerdo para Luis, el central del Deportivo que nos dejó también estos días. Muchos de los veteranos aficionados recitan equipos blanquiazules de memoria, en cuya defensa siempre figura Luis. Aquella de Joanet; Belló, Luis, Cholo fue la de mis primeros recuerdos de Riazor. Reconozcco que ‘El Chato’, como le llamaban sus compañeros, no fue un virtuoso del balón, pero sí un central fuerte y poderoso que tuvo el privilegio de jugar muchos partidos en Primera. Vacilaban con él llamándole Beckenbauer, pero tenía otras virtudes. Siempre será recordado por toda la afición por ser un defensor de los colores del Deportivo por encima de todo.
Descansen en paz Carmen Valero y Luis, a los que siempre recordaré.