Pues sí, la verdad es que me ha hecho gracia la foto de Lucas y Quiles con sus respectivas máscaras protegiendo sus respectivas caras de las respectivas operaciones de sus respectivas lesiones. Y más gracia me ha hecho la comparación con Batman y Robin. Es una casualidad que los dos delanteros hayan sufrido la misma lesión. Podía haber sido un delantero y un defensa. O que les pasase a los dos pero en distintos momentos de la temporada. Pero no. Ha sido al mismo tiempo y con los dos futbolistas que forman, posiblemente, la mejor delantera de la categoría. Luego me acuerdo de cómo se produjeron las dos lesiones y ya no me hace tanta gracia. Lo de Lucas pase, fue un lance del juego y estas cosas pueden pasar. Pero lo de Quiles no. Lo de Quiles fue una patada producida por un defensa que no midió bien y que –sin querer, por supuesto- le produjo al delantero deportivista una lesión que pudo ser mucho peor. Una patada que era una roja de libro pero que el árbitro en cuestión lo dejó en amarilla. Y no podemos enfadarnos por ello. El árbitro es de Segunda B y comete los mismos errores que cometen los jugadores de Segunda B. Tienen la calidad que tienen y no podemos pedirles más.
 

Y el caso es que tenemos a Batman y a Robin en la plantilla. Los más jóvenes podrían llamarles los Thundermans y los más viejos les llamarían Roberto Alcázar y Pedrín. Yo creo que lo de Batman y Robin está mucho mejor, porque así nos enteramos todo el mundo. Ahora el problema viene con que por culpa de las respectivas lesiones tenemos a nuestros superhéroes de baja y ya muchos se están echando a temblar pensando en quien va a marcar los goles en el Deportivo. Que si ya marcábamos pocos goles imagínense ahora. Por mucho que se empeñe Lucas, es muy poco probable que juegue hoy. Y en cuanto a Quiles, él quiere estar listo para el último partido ante el Pontevedra. Pero lo mismo, ya veremos si puede ser o no. El caso es que ahora hay que decidir quien o quienes les van a sustituir. Es posible que Svensson, al que podíamos llamar El Increíble Hulk, y Kuki Zalazar, que no se me ocurre nada para denominarle, sean sus sustitutos. O puede que mi tocayo Arturo (lo del Rey Arturo y lo de la mesa redonda como mote mejor vamos a dejarlo) tenga también su oportunidad. Sea como fuere, lo menos malo de esta situación es que las lesiones son las que son y no parece que duren más allá de unas pocas semanas. Eso implica que para el play off que cada día tenemos más claro que vamos a jugar los dos estén a punto.
 

Porque esa es la triste realidad. Llevamos todo el año en una montaña rusa de resultados. Las semanas que ganábamos en casa nos poníamos muy contentos y ya sacábamos las calculadoras y hacíamos las cuentas de la lechera para conseguir el ascenso directo. Luego llegaba el partido a domicilio a la semana siguiente y todas esas cuentas se nos iban al garete. Mucho escuchar toda la semana eso de que vamos a ganar, que estamos preparados, que hemos corregido los fallos… y al final siempre nos llevamos el chasco de siempre. Un triste empate o una vergonzosa derrota como las de León o Salamanca con tropecientos deportivistas en las gradas. Ahora estamos a cuatro puntos con nueve por disputar. Podemos ganar en Linares, claro que sí, pero seguiría estando todo muy difícil. Pero en fin, el año pasado llevábamos más puntos en estas fechas y ya el Racing se nos había escapado definitivamente.
 

Batman y Robin… ¿y qué mote le ponemos a Cano?