SSe acabó el período de fichajes. Y menos mal. Como siempre, en el último día se han materializado numerosos traspasos y al final, tanto en Primera como en Segunda, hay plantillas que se parecen a las que disputaron la primera jornada lo mismo que un huevo a una castaña. Pero bueno, así está montado esto y así hay que asumirlo. Los que estamos una categoría más abajo nos pasa igual, pero como hasta ese momento sólo llevábamos una jornada disputada pues tampoco se ha notado mucho. Eso sí, en el caso de nuestro RC Deportivo hemos vivido una última semana bastante movidita que nos ha recordado a los años en los que el presidente Lendoiro nos tenía pendientes de la radio hasta las 12 de la noche.
Y ya por fin están las plantillas cerradas salvo que alguien fiche uno de esos futbolistas que ahora se llaman agentes libres y que vienen siendo los jugadores sin equipo de toda la vida.
Y centrándonos ya en nuestro Deportivo, es con esos jugadores con los que volveremos a intentar de nuevo ascender por cuarta vez. Ojalá en invierno no haga falta darle ningún retoque, porque si se hace es señal de que las cosas no han ido bien hasta ese momento. El ejemplo más claro lo tenemos en la temporada pasada. De todos los que llegaron en verano y en invierno sólo quedan Pablo Martínez, que fue de los últimos en venir, y Lucas, que no fue propiamente un fichaje sino que fue él el que movió cielo y tierra para venir. Del resto, no queda ni uno. Bueno sí, Retuerta. Pero, con todos los respetos para el chico, todos tenemos claro que si sigue aquí no es por su rendimiento.
Y con estos mimbres actuales, ayer tuvimos el primer partido decisivo de la temporada. Sí, en la jornada 2 ya estamos con esas. Es lo que tiene estar tan exigido y tener que pelear por ascender desde el primer día, que a las primeras de cambio ya estamos con las exigencias. Y esta semana me pasa lo de siempre, que cuando juega el Deportivo el sábado yo escribo estas líneas antes del partido y se publican cuando el encuentro ya ha finalizado. En cualquier caso, tras el empate del domingo pasado en Riazor, el resultado de ayer puede resultar muy decisivo. Si hemos ganado será un chute de moral bastante grande: es un derbi, el Lugo es un rival directo, por fin ganamos a domicilio... etc, etc. Si hemos empatado pues no sé si pasará algo. Supongo que no. Y si perdimos, pues ya la tendremos liada a las primeras de cambio: dos partidos, un solo punto, abajo en la tabla y los primeros murmullos entre la afición que sólo se arreglarían con una victoria contundente a la semana siguiente. Pero lo dicho, partido decisivo en sólo dos jornadas.
Y en cuanto al ambiente de ayer en el Anxo Carro, pues me imagino que habrá sido excepcional.
La semana anterior el Lugo metió 2.000 aficionados en su campo y ayer ya habría mínimo 2.000 deportivistas.
O sea, que salvo que no haya ido ningún aficionado del Lugo, la entrada habrá sido excepcional. Ahora sólo falta que el resultado nos haya acompañado.
Nos espera un año movido. Creo que va a ser así. Es el cuarto año en este pozo de la Primera RFEF y cada temporada que pasa el objetivo de ascender va a ser mucho más difícil y los rivales van a ser mejores. Ya este año ha habido algún futbolista que ha preferido ir a otro club antes que al nuestro y eso merece un poco de atención. Seguimos siendo favoritos, pero ya no tanto. De todas formas, tenemos una plantilla muy veterana y curtida en mil batallas y eso se tiene que notar.
Y de la docena larga de fichajes de este año a ver si salen buenos unos cuantos, que ya va tocando.