E se es el tiempo que ha pasado desde que empecé a escribir una columna semanal en este diario. Recuerdo la ilusión que me hizo cuando se me hizo ese ofrecimiento. Iba a escribir en ese diario deportivo nuestro, que ya iba a cumplir el cuarto de siglo de vida y que se había convertido por méritos propios en la mejor información sobre nuestro Real Club Deportivo y sobre el deporte coruñés en general.
Sigue siendo el primer diario deportivo de Galicia, es actualmente el único y ha conseguido superar a la competencia que en su día tuvo.
Pues bien, en aquel mes de enero de 2020 (ayer como quien dice) recuerdo que pensé algo así como “caray, si llego a haber empezado a escribir hace dos años y medio menuda cantidad de temas podría haber tratado”. Y era verdad.
Estábamos a mediados de la temporada 2019-2020 y si echábamos la vista atrás dos temporadas y media habríamos estado en la última temporada en Primera, hablaría de los cinco porteros que alineamos aquel año, de los tres entrenadores que tuvimos (aunque esto de cesar entrenadores ya no era novedad), de que tuvimos en nuestras filas a Fede Valverde, de fiascos como Bakkali, Muntari y otros tantos, del fiasco del año siguiente en Palma de Mallorca, de otros fiascos como Vitor Silva, Iñigo López y alguno más, de que seguimos cesando técnicos.
Y cómo no, hablaría del fracaso de esa temporada 19-20 hasta que llegó Fernando Vázquez.
Y andaba yo pensando en todo eso y ni de broma me imaginaba todo lo que nos ha pasado en tan solo otros dos años y medio más. Que parece que es poco tiempo, pero que ha dado para mucho.
El primer artículo que escribí fue el día del Girona, que empatamos a dos tras ir ganando 2-0.
Llevábamos siete victorias seguidas y aquel día se nos escapó. “A ver si voy a ser gafe”, pensé.
Y luego vino la pandemia, aunque eso fue un mal para todos. Llegaron los partidos a puerta cerrada y el descenso anticipado.
Si en 1995 ganamos la Copa en 3 días, en 2020 nos bajan de categoría 3 semanas antes de jugar el partido.
Y encima llega el esperpento con la detención y traslado a comisaría de nuestro querido capitán Álex Bergantiños sin que éste hubiese hecho nada.
Pero ya se sabe cómo es esto, vivimos en un país en el que te denuncian con total desparpajo, magnificando algo que no has hecho o inventándolo directamente y al final pasas el mal rato declarando ante la policía sin que al denunciante le pase nada a pesar de lo ridículo de los argumentos.
Bueno, pues esto es lo que tuvo que aguantar Álex, como todos recordamos.
Y ya no olvidemos la siguiente temporada, con otro entrenador cesado, un sistema de competición de lo más engorroso, el fracaso al no ascender y otro nuevo proyecto. Y en esta 2021-2022 más de lo mismo.
Otro proyecto, otra vez a ilusionarse, al principio muy bien, luego muy mal, salvamos los muebles, jugamos el play off y encima en casa, parece que esta vez sí subimos, al final otra vez no y otra vez el disgusto.
Pues ese es el resumen de los dos años y medio desde que un servidor escribe en este periódico.
No sé, pero a mí me da la impresión que desde enero de 2020 a julio de 2022 nos han pasado muchas más cosas que en los dos años y medio anteriores al citado enero de 2020.
Muchas cosas buenas no ha habido, esa es la verdad. Pero con esto lo que quiero decir es que nada impide pensar que en un par de años no estemos viendo el futuro con otros ojos.
Igual en este tiempo volvemos a tener treinta jugadores nuevos como nos ha pasado estos años, que fichamos catorce o quince cada año y también puede que siga el baile de entrenadores.
Pero no sé, yo creo que esto algún día ha de cambiar y es posible que en poco más de dos años tengamos alguna alegría. O dos, por qué no.