En la zona de influencia de A Coruña se respira deporte y no se ciñe a uno al coexistir en ella varios que gozan de un excelente estado de forma. Baloncesto, balonmano, fútbol, fútbol sala, hockey sobre patines, rugby, voleibol... son algunos de los (muchos) practicados y de los que se programan encuentros en las diferentes instalaciones deportivas existentes. Este hecho es un motivo de satisfacción para todos, usuarios y aficionados, al reflejar el buen trabajo de unos clubes que nunca tendrán el suficiente reconocimiento de la sociedad, ya que la mayoría debe hacer grandes equilibrios  para cuadrar los números de su presupuesto a la conclusión de la temporada en curso.

Estas complicaciones constantes en vez de provocar el desánimo de sus responsables sirven de estímulo para mantener la llama encendida año tras año. Son gente de otra pasta que su satisfacción está en ver a las nuevas generaciones tener la oportunidad de disfrutar de su deporte favorito, generando con su práctica hábitos saludables y fortalecer la autoestima y la confianza en uno mismo, aspectos fundamentales para que una persona pueda dar el paso de adolescente a adulto con las garantías que exige la complicada existencia que nos ha tocado vivir.

A estos anónimos deportivos, que todos conocemos alguno, la dificultad con la que se encuentran pasados los años es la de dar el relevo a alguien. Pero no por querer dejar una tarea que les apasiona, más bien para constatar que la semilla que recogieron/plantaron en su día verá la continuidad para beneficio de un mundo que se enfrenta a desafíos ante los que se debe estar preparado mental y físicamente.
Para alcanzar esta meta nadie debe dudar de la importancia del deporte al ser un aliado con el que siempre se podrá contar.