Una jornada más, el Dépor afronta un compromiso de la Segunda División con la duda de si seguirá fuera de la zona de descenso o si pasará a ocupar una de esas temidas cuatro últimas plazas. Todavía quedan muchos puntos por disputar y nada está decidido, pero poder acceder a una posición más elevada supondría una tranquilidad que hasta el momento no hemos tenido.

Es curioso que el Cádiz se vuelve a cruzar en el camino de la entidad blanquiazul. El conjunto andaluz militaba la temporada pasada en Primera, y luchó casi hasta el final por la permanencia. Confirmado el descenso, ahora está sufriendo la dureza de la categoría de plata. En estos momentos solo tiene un punto más que el Dépor, y ve lejano el objetivo de retornar por la vía rápida a Primera. Así que los hombres de Óscar Gilsanz visitan a un equipo que, en estos momentos es un rival directo. Vencer en el Nuevo Mirandilla permitiría a los blanquiazules escalar posiciones. Todos deseamos que sea el partido en el que el equipo dé de una vez un golpe sobre la mesa. Tras 16 partidos, ya hemos visto que no es tan fácil, que aquí nadie regala nada y que hay que luchar por cada punto hasta el final.

Así que a ver qué sucede esta tarde. Si ocurre lo mismo que en Córdoba o en Cartagena, mejor que mejor. Pero ni aún así está garantizada la tranquilidad. Pase lo que pase hoy, habrá que seguir trabajando para que la amenaza del descenso se vaya diluyendo con el paso de las semanas. Ojalá se cumpla, y así el equipo pueda plantearse metas más ambiciosas.