En este nuevo año, y como no cabría pensar de otro modo, seguiré atenta a cuanto suceso deportivo acontezca, aquí o allá, de mayor o menor relevancia, sin miramientos de género, color o circunstancia.
A mí el deporte me gusta, me da vida, me ataca al sentir, lo disfruto y lo padezco. De practicante y como espectadora. Eso sí, con corrección y sin demasiados aspavientos. Y es que a veces confundimos pasión con enajenación, y competitividad con mala educación. Yo me considero deportista, lo haré hasta el último de mis suspiros. Es una cuestión de identidad. Sin más. Y en esta carrera, que empezó hace más de cinco décadas, he mordido el polvo en cantidad ingente de ocasiones. He levantado muchas copas colectivas y he recibido algunos premios individuales (cabe recordar que jugué en el mejor equipo de España hasta el Barça actual)... Pero tantas veces otra deportista me mostró su superioridad!
Han sido más rápidas, más inteligentes, más ordenadas… Tantos partidos de dudas e inseguridades… Y en esos días solo queda tragar sapos y culebras, felicitar al rival y encomiarte al siguiente entrenamiento y al siguiente partido.
Y a mí ese ejercicio de continua superación siempre me apasionó y me sigue apasionando.
Volviendo al titular de este artículo, a cualquier deportivista que se precie le encantaría poseer el don de transformar este cuasi ecuador de las ligas en el final, permitiendo así a Depor y Depor Abanca alcanzar sus deseos del nuevo año. Que el Fabril y los juveniles sigan medrando, que el Liceo dé un nuevo batacazo al establishment catalanista, que el Basquet Coruña encuentre su rumbo, que lo reencuentre el Amarelle, que sigan los éxitos del Halterofilia Coruña y Maxia de patinaje… Y así, los mejores deseos para todo el panorama deportivo de nuestra ciudad: la familia del atletismo, del rugby, del voleibol… Para todos y cada uno de nuestros deportistas.
A nivel internacional y con las selecciones como protagonistas las citas se amontonan. Va a ser trepidante. La primera parada será el Campeonato de Europa de balonmano masculino. Los ‘hispanos’ quieren defender el trono que ostentan desde las dos últimas ediciones. En julio llega la Eurocopa femenina de fútbol, con un año de retraso. Será en Inglaterra. Ahí se comprobará si el dominio del fútbol continental del Barça se puede llevar a clave de combinado nacional. Les ha correspondido el Grupo de la muerte pero las de Vilda van a por todo.
En septiembre habrá Eurobasket masculino. España inicia una nueva etapa sin los hermanos Gasol ni el base Sergio Rodríguez. Aun así, los de Scariolo también esperan luchar por medalla. Mundial de Hockey sobre Hierba, Mundial de primavera y Europeo de verano de Waterpolo, el título mundial de Hockey sobre patines en Argentina, los Campeonato de Europa de Fútbol Sala femenino y masculino en Portugal o los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en Pekín son fechas para marcar en color más que relevante.
Y para los futboleros como yo, del 21 de noviembre al 18 de diciembre se disputará el Mundial de Catar. No entraré en valoraciones sobre el lugar elegido. Dentro de lo podrido que está el fútbol, ésta es una muestra más de la porquería y falta de escrúpulos que rodea un deporte tan maravilloso.
Por último, desear salud a todos (el final de año fue cruel con nuestro deporte) y esperar que los Reyes nos traigan un poquito de paz y bienestar. Cómo cambian las cosas. Con esto del Covid hasta el carbón será bien recibido!!!
Salud y suerte!