En División de Honor Juvenil –también en la Copa de Campeones– los partidos están arbitrados por colegiados de la delegación en la que se disputa el encuentro. Es decir, en un Celta-Real Oviedo, el árbitro es del colegio de Vigo. En el Deportivo-Sevilla del pasado domingo de la ida de los cuartos de final de la Copa de Campeones, el designado para impartir justicia era el coruñés Pedro Oreiro Hermida, pero se produjo un cambio de última hora y el juez fue el pontevedrés Alberto Gómez Lameiro.
¿A qué se debió la modificación en la designación arbitral? El Sevilla, a través de algún departamento o de, simplemente, alguna filtración descubrió fotos en redes sociales de Pedro Oreiro Hermida, el árbitro señalado en primera instancia para dirigir el partido, luciendo la camiseta del Deportivo. El club hispalense hizo una reclamación, presuntamente, a la Real Federación Española de Fútbol para solicitar el cambio al entender como poco ético que el colegiado fuese simpatizante del club blanquiazul y, por tanto, el organismo federativo censuró la designación de Oreiro Hermida y de sus asistentes Reborido Rodríguez y Espasandín Cores.
¿Por qué no se designó a otro árbitro de la delegación de A Coruña y se optó por uno de Pontevedra? Habría sido lo más lógico, básicamente, por el patrón habitual para elegir a los árbitros de los partidos en categoría juvenil, sea cual sea la división. En cambio, para evitar más suspicacias, la Federación Española de Fútbol optó por un colegiado de otro colegio, aunque también gallego. No fue un árbitro ferrolano ni de Santiago. La elección fue un pontevedrés: Alberto Gómez Lameiro.
Con esa resolución, el Sevilla no sólo consiguió que no arbitrase el partido del pasado domingo ante el Depor un simpatizante del conjunto blanquiazul –como lo son un alto porcentaje de los colegiados de la delegación de A Coruña– sino que evitó que el trencilla de la ida de los cuartos de final de la Copa de Campeones perteneciese al comité coruñés. La decisión acabó siendo controvertida a la inversa porque la actuación de Gómez Lameiro –también la de sus asistentes Ismael González Caramés y Pablo García López-Arias– fue polémica, fundamentalmente, por dos decisiones que perjudicaron de manera importante al Deportivo.
La primera jugada polémica se produjo en el minuto 38. El mediocentro Lucas ejecutó un córner desde el perfil izquierdo del ataque del Depor. Carreira y Guerrero atacaron la zona del primer palo y este último se agachó para dejar pasar una pelota que terminó en el área pequeña. En la melé, Kevin Sánchez se revolvió, consiguió girarse y llevar el cuero a la red. No hubo fuera de juego ni falta, pero la acción fue invalidada de forma inexplicable.
En la segunda, en el minuto 72, Zoe, que acababa acaba de entrar para empezó jugando en la banda izquierda, recibió un pase de Domínguez en una contra del Deportivo y, con el control, superó a Jorge Moreno (2), lateral derecho del Sevilla, para meterse en el área, recortar y ser derribado por Espiñeira (4), central sevillista. Gómez Lameiro señaló un enigmático fuera de juego previo en el pase de Domínguez.