No puedo prometerlo, pero creo que este va a ser mi último año, ya lo he hablado con el club”, confiesa ‘Rai’ Méndez Osorio (29/10/1990) durante su visita a la redacción de DxT Campeón. El hecho de dejar una puerta abierta a que su afirmación no se cumpla no es fruto del azar, responde a su amor por el fútbol, al que lleva dedicada “en cuerpo y alma” durante toda la vida.
La central del Victoria, que compite en Tercera Federación, repasa su carrera, habla de sus planes de futuro y reflexiona sobre la evolución del fútbol femenino. “Siento envidia sana por lo que van a vivir las generaciones que vienen ahora”, señala, consciente de los cambios que se han ido produciendo en los últimos años. Sobre sus inicios, reconoce el buen trato en su primer club, cuando era la única niña, y agradece el apoyo que siempre le ha brindado su familia.
¿Qué tal los primeros partidos de la temporada?
Empezamos muy bien contra el Friol, con un empate en casa contra uno de los equipos llamados a estar arriba. Luego tuvimos una derrota dura en Avilés y a partir de ahí encadenamos victorias y empates hasta que el otro día volvimos a perder. Esas derrotas entran dentro de la lógica, porque son equipos que están entre los cuatro primeros clasificados, entonces como resumen el inicio de temporada, bien.
Mañana tenéis un encuentro complicado. Recibís al Depor Abanca B en A Grela. ¿Cómo lo afrontáis?
A ver, en casa es donde sacamos normalmente los puntos, se nos da bien jugar en A Grela. El partido evidentemente es de los más difíciles, porque por plantilla el Depor es el que tiene que ganar. Nosotras presión y nerviosismo cero, son los partidos que nos gusta jugar, en el campo es once contra once y a ver como va.
Durante los siete años que llevas en el Victoria ha habido una profunda reestructuración de las categorías. ¿Qué valoración haces?
Creo que era necesaria, porque había mucha diferencia entre equipos. A los cuatro partidos de liga ya veías más o menos que equipos iban a estar arriba y cuales abajo, así que la reestructuración vino bien, porque ahora hay una categoría en medio, que es donde está el Interrías, y se ve que hay más nivel. Eso sí, en la que estamos nosotras creo que es inferior, que bajó el nivel, porque los equipos que solían estar arriba subieron a la categoría del medio y el resto nos quedamos, pero también es verdad que está más igualado: los de abajo te pueden empatar, puedes ganar o perder cualquier partido. Está más interesante.
Creo que vino bien la reestructuración porque había muchas diferencias
¿Echas de menos pelear por algo más? Porque esta temporada lleváis una dinámica de zona tranquila.
Cuando estaba en el Friol era un equipo que estaba hecho para competir e intentar ganar la liga, pero cuando fiché por el Victoria la realidad era que no íbamos a competir por eso, o sea, que el objetivo no es intentar ganar una liga o intentar ascender a una liga superior. ¿Qué pasó?, que de repente llegó el año de Cris Oreiro, se juntaron los astros, hicimos un temporadón increíble y al final consigues ganar una liga, algo impresionante. ¿A quien no le gusta estar arriba?, pero la realidad es que no es el objetivo.
También eres entrenadora en el club. ¿En qué categoría?
Hasta febrero estoy cubriendo una baja en el alevín, pero mi equipo en sí es el infantil. Ahí estamos, cuando salgo de uno voy al otro (risas).
¿Y qué te gusta más, jugar o entrenar?
A mí me gusta más jugar, sin ninguna duda. Lo que te da jugar no te lo da entrenar, pero evidentemente tengo una edad y ves más cerca el dejar de jugar. Me formé para poder ser entrenadora y cada vez disfruto más entrenando, que también es importante, porque la etapa futbolística tiene un inicio y un final.
¿Hasta cuando te ves?
Pues mira, ya se lo dije al club, mi idea es que este año sea el último. Quiero tener un fin de semana libre, vivir otras cosas, ver a la familia, etc. porque al final el fútbol te quita muchísimo tiempo. Yo no soy de aquí, y si encima entrenas a un equipo no tienes casi nada libre durante la temporada, porque si juegas el domingo y el sábado tienes partido con las niñas... Ya llevo años diciendo que es el último (risas), pero luego siempre digo, ‘va, venga, este estuve bien, uno más’, pero sí que este año noto que es el último. Es una sensación. Igual acaba el año y digo, ‘bueno, uno más’, y tampoco puedo prometerlo, pero mi idea es que sea este.
Ya se lo dije al club, mi idea es que este año sea el último, pero no puedo prometerlo
Debutaste muy joven, a los catorce años con el Ponferrada.
Sí, yo hasta los catorce jugaba con niños, porque allí todavía no había equipo femenino, entonces, hasta los catorce con niños, y luego ya fue cuando fui para el Ponferrada.
Ahora entrenas a niñas de la edad que tenías tú cuando tuviste esa otra formación. ¿Consideras que podrías haber sido mejor si tuvieras los medios que hay ahora?
Yo reconozco que me da envidia sana todo lo que van a vivir las generaciones que vienen ahora. O sea, cuando era pequeña era impensable pensar en ganarte la vida jugando al fútbol, era impensable. Yo de hecho jugaba pagando, y ahora a un nivel un poco alto, puedes vivir de esto. Entonces me flipa todo lo que hemos sido capaces de avanzar en ese aspecto. Sobre si habría sido mejor, creo que no. Me dediqué en cuerpo y alma a esto, entonces tampoco creo que hubiese mejorado mucho más, porque siempre estuve con un balón, no me faltaron medios. Igual sí hubiese tenido más oportunidades, de que te vea un equipo o algo así, que antes era impensable y tampoco había selecciones ni nada en etapas formativas. Es que ahora es increíble, a veces pienso ‘ojalá hubiera nacido ahora’, pero no nos tocó (risas).
Y en tus inicios, ¿alguna vez te sentiste incomprendida o tuviste alguna barrera?
En mi casa nunca tuve ningún problema. De hecho, mi padre era el primer encantado en que cogiera un balón, porque le encantaba el fútbol. Y en el equipo al que me fui después del del pueblo, al que me llevó un entrenador al que le debo mucho, era la única niña y siempre me trataron súper bien. Un ejemplo: eran otros tiempos y sólo había un vestuario, entonces me duchaba de primera y luego iban los compañeros.
Yo jugaba pagando, y ahora a un nivel un poco alto puedes vivir de esto
¿Crees que los cambios en el fútbol femenino han sido muy relevantes o aún son algo ficticios?
Yo creo que se han dado pasos muy hacia adelante. No tengo claro que crear tantas ligas y equipos sea beneficioso. Por ejemplo, aquí en Galicia que ahora de repente haya una Tercera Gallega. No es cosa de que no haya nivel, porque evidentemente todo el mundo tiene derecho a jugar, pero yo creo que ya lo están haciendo un poco por tema de subvenciones. Habría que controlarlo un poco, porque por ejemplo me encuentro con las niñas que voy a jugar un partido y hay rivales que tienen inscritas once niñas. Y es fútbol 11. Entonces claro, igual se presentan nueve y tú como equipo, ¿qué haces?, ¿dejas a dos en el banquillo? Hay cosas que creo que hay que darles una vuelta. Por lo demás se ha mejorado muchísimo. El Depor por ejemplo puede entrenar por las mañanas, dedicarse a esto... Eso ya es profesional. Que les paguen más o menos ya es otro tema, pero ser son profesionales, viven por y para esto. Vamos poco a poco avanzando, pero bueno, hay cosas que todavía nos cuestan y debemos seguir trabajando en ello.
¿Cuáles eran tus referentes cuando eras pequeña?
Femeninos, ninguno, porque la gente que empieza a serlo, como por ejemplo Alexia, es más joven que yo. Siempre me gustaron los centrales que iban bien al corte y que con el balón en los pies saben manejarse. Por ejemplo, Ramos, que yo soy muy del Madrid.
¿Intentaste incorporar esa buena salida de balón a tu estilo de juego?
Sí, si me preguntas como me definiría diría que en el uno contra a uno me defiendo pero podría mejorar, y que mi punto fuerte es la salida de balón.
Soy una más en A Coruña, ya estoy empadronada y todo
¿Qué tal estos años en la ciudad?
Yo me considero ya una coruñesa más. Estoy hasta empadronada y todo. Mi madre ya sabe que me perdió (risas). Coruña está a dos horas de allí, al final estamos al lado. pero ya te digo, Coruña es como mi casa ahora.
¿Y cuál es tu objetivo para esta temporada? Tanto en lo individual como en lo colectivo.
En el individual, que las lesiones me respeten. Que pueda disfrutar el último año, si es el último, que tiene toda la pinta. Poder jugar lo máximo posible. Y en lo colectivo, que el equipo se salve cuanto antes, que es el primer objetivo, evidentemente, y luego quedar lo más arriba posible. Pero el objetivo real es formar al mayor número posible de jugadoras para que lleguen a jugar ahí con nosotras. Que puedan tener esa experiencia. Por ejemplo, tenemos una cadete ahora, Marta, que está entrenando con nosotras. El objetivo es que el equipo esté lo más arriba posible para darle tiempo a ella y jugadoras de esas generaciones buenas que vienen por abajo. Al final no juegas igual con la tensión de decir, ‘tengo que ganar porque vienen apretando por abajo y hay que salvarse’, o jugar diciendo, ‘lo mismo me da sexto que séptimo’. El objetivo último del club es formar jugadoras para que puedan ayudar en el A, o que les sirva y estén formadas para lo que les venga en la vida.