Alejandro Expósito ‘Posi’ (Sada, 1986) ya no es el entrenador del Atlético Coruña Montañeros. Una mala dinámica de resultados en Preferente Autonómica precipitó su fin de ciclo en el club coruñés, donde en seis temporadas y media ejerció diferentes cargos: técnico en distintos equipos de la cantera, coordinador de las categorías inferiores de fútbol 11 y, en esta última campaña y media, entrenador del primer equipo.

“Sería bonito cerrarlo de otra manera”, afirmó Posi en su comunicado de despedida publicado en redes sociales. No obstante, el técnico sadense reconoce que el final de su periodo en el Montañeros, aunque un tanto amargo, no empaña ni ensombrece una etapa en la que fue “tremendamente feliz”.

¿Cómo se gestó tu salida del Montañeros?

Desde Navidad el club siempre me transmitía que querían hablar del año que viene incluso. Después llegaríamos a un acuerdo o no, porque había que sentarse, pero me hacían sentir que por lo menos contaban contigo. Todos entendíamos que viendo los entrenamientos y los partidos era difícil poder llegar a esta dinámica. Entendíamos que no llegaríamos arriba, por los motivos que fuera, pero tampoco a esta dinámica. Según fueron pasando los partidos, se dio de forma natural. Cuando ves que, a pesar de hacer muchas cosas para ganar, no lo consigues, hay que empezar a pensar todos en un cambio. La dinámica es la que es y hay que ser realistas. Así que nos juntamos sin problema un par de semanas antes, hablamos un poco todo y dijimos ‘si no conseguimos cambiar los resultados, por ambas partes entendemos que es lógico que haya un cambio’.

La plantilla me transmitió que no quería que me fuera ni de broma

Veo que te lo has tomado con naturalidad, una cualidad que en otra entrevista me dijiste que siempre habías admirado en Dani Rodríguez.

Sí. Yo llevaba mucho tiempo en el club, conozco a la gente y creo que las cosas al final tienen que ser así. Soy realista, no hay que negar la evidencia. Evidentemente el entrenar mucho, trabajar mucho y seguramente merecer mucho más en los partidos, no llega. Quiero decir, en esas categorías hay que ir al resultado, a los puntos. Y no estábamos sumando todo lo que teníamos que sumar y la realidad es esta. Llevamos una muy mala racha y buscaban un cambio sobre todo en el aspecto psicológico. Yo me llevo a los jugadores. La plantilla me transmitió en todo momento y hasta el último día que no quería que me fuera ni de broma, que no era culpa mía y que teníamos que seguir. En cierto modo, que la gente que está contigo en el día a día te valore de esa manera el trabajo que haces, yo también lo valoro, claro.

¿Qué sensación te queda a título personal después de esta salida?

A nivel personal evidentemente estoy fastidiado. Los resultados son los que son. Quiero decir, no los vamos a esconder nadie. Hicimos unos últimos diez partidos de muy poquitos puntos, creo que ganamos un partido. Fastidiado por todo eso, aunque me voy con la conciencia muy tranquila porque sé que hemos trabajado mucho, hemos dado todo y hemos intentado todo. El grupo y los jugadores también lo vieron y así lo sentían, pero aun así no llegó. Fastidiado por los resultados pero por el resto, con la conciencia tranquila.

¿Por qué decidiste dejar la coordinación de las categorías inferiores de fútbol 11 del Monta?

Sí, decidí salir. Creo que ya os lo dije en otra entrevista que hicimos cuando había renovado, que esto son ciclos. Entendía que mi ciclo en el Montañeros se iba acabando. Entonces, tampoco tenía mucho más sentido seguir. Creo que el ciclo había acabado en el club y era mejor acabarlo así, bien y sin problema. Y bueno otras cosas y punto.

Siempre me sentí supervalorado en el Monta, contaron conmigo absolutamente para todo

¿Con qué te quedas de toda esta etapa en el Montañeros en diferentes cargos?

Del Monta me llevo todo. Es un club en el que siempre me sentí supervalorado. Eso siempre se vio. Siempre contaron conmigo absolutamente para todo hasta el último momento. Me llevo un poco todo. Tengo la suerte de llevarme amigos, tengo la suerte de llevarme gente de fútbol. Creo que me voy llevando bien con todo el mundo y con la sensación de haber trabajado muchísimo para ayudar al club a crecer como creció en los últimos años.

¿Te queda alguna espina clavada?

No. Y aunque la tuviera tampoco... No me voy con ninguna espina. La única espina quizá es que el año pasado, sin tantas lesiones, seguramente habríamos luchado hasta el final. Y con la espina de este año, que quizá haciendo muchas cosas, no llegó. Y el hecho de ver muchas veces esa injusticia en la cara de los jugadores. Con eso te vas fastidiado. Pero poco más.

El equipo volvió a pecar de lo mismo que el año pasado: fuimos frágiles en las áreas

¿Ves similitudes entre las dos temporadas? En ambas el Montañeros empezó muy bien pero no consiguió aguantar el ritmo.

El año pasado sí que teníamos muy claro el motivo. Evidentemente fue por una plaga de lesiones en los últimos tres meses de competición que se sumó a una acumulación de partidos brutal. Llegamos a ir primeros, y haciéndolo bien, muchísimas jornadas. Entendíamos que nueve lesiones en tres meses son demasiadas para cualquier equipo. Eso nos mató. Pero hay que ser autocríticos y sabíamos que teníamos que mejorar también muchas cosas a nivel de equipo. Y las áreas era un defecto que teníamos. Este año fue un poquito igual. Empezamos muy bien y entendíamos que habíamos conseguido corregir esos defectos que el año pasado nos hicieron daño, pero de repente aparecieron algunas circunstancias que influyeron. Por ejemplo, tuvimos que jugar muchos partidos con Diego (Lamas) y (Álex) Sánchez como centrales. Cuando los fichamos, nosotros entendíamos que iban a ser mediocentros. Y Santi (Taboada) también estuvo casi toda la temporada fuera. Evidentemente no es solo eso, hay que ser autocríticos, pero se fueron juntando algunas cosas. Y llegó un momento que el equipo volvió a pecar en lo que le pasó el año pasado: fuimos frágiles en las áreas. Seguramente si el fútbol fuera entre áreas, estaríamos muchísimo mejor (ríe).

¿Las bajas han sido tu mayor quebradero de cabeza en esta temporada y media como entrenador del Monta?

Sí. En este año y medio hice un máster en eso. Hice un máster en la gestión de tantas bajas. Creo que este año hicimos dos convocatorias, una o dos convocatorias en toda la temporada. André faltó en partidos clave, Rivera apenas pudo participar y entrenar desde navidades porque tenía los gemelos mal, apenas pudimos contar con Santi Taboada en todo el año y Herbert, más de lo mismo. A Herbert se lo agradezco mucho porque estuvo jugando lesionado por su implicación conmigo. Se lo agradezco. Además, Alvarito participó en cinco o seis partidos en todo el año, (Álex) Pérez no hizo pretemporada porque rompió el dedo de un pie, Bacariza se fue al principio, que fue un jugador que el año pasado tuvo muchísimos minutos... Evidentemente las bajas te condicionan. Y no quiero excusarme en eso, ni mucho menos, porque hay muchas más cosas y al final un entrenador tiene que gestionar el grupo que tiene y sacar el máximo rendimiento. Pero bueno, sí, hice un máster este año y el pasado en eso. Fue complicado, pero también es verdad que eso a mí, sobre todo el año pasado, me hizo crecer.

El Monta mezcla jugadores con experiencia en categorías superiores con jóvenes de la cantera. ¿Repetiríais ese tipo de configuración de plantilla? ¿Crees que faltó algún otro perfil?

Intentamos hacer esa combinación, que creíamos que podía salir bien. Y salió bien, realmente sí que lo creo. ¿A lo mejor nos faltaron un par de retoques en la plantilla? Pues puede ser. Pero tampoco hay que mirar más allá. Yo creo que la plantilla iba bien. Seguramente si no hubiéramos tenido todas esas bajas puntuales, estaríamos hablando de otra cosa, seguro. Pero tú cuando configuras una plantilla no puedes pensar en esas bajas, ni en cómo va a ir. ¿Lo volvería a hacer? Pues puede ser. Nosotros fichamos jugadores. Sin mirar ni DNI ni dónde habían jugado.
 

Hay capacidad de sobra para quedar como mínimo donde está ahora

De cara al tramo final de temporada, ¿crees que se salvará el Monta?

Sí, sí, no tiene problemas. Ahora mismo el Montañeros está fuera de peligro hasta de arrastres. Evidentemente la dinámica es mala y en cualquier momento puedes caer, pero yo en ningún momento tuve duda, ni cuando estaba dentro ni ahora que estoy fuera, de que el equipo no va a pasar ningún apuro. Porque hay capacidad de sobra. En cuanto el equipo consiga lanzar un par de resultados buenos, va a cambiar. Hay que engancharlos y no es fácil porque no lo conseguimos, pero hay capacidad de sobra para quedar como mínimo donde están ahora. Como mínimo. Y de ahí para arriba.

¿Qué le dirías a tu sustituto, a Álex Suárez?

Nada. No le diría nada ni le daría ningún consejo, de verdad. Cada uno es cada uno. Yo solo le deseo, con el corazón en la mano, la mayor de las suertes y que le vaya fenomenal. Por él, por el club y por los jugadores sobre todo.

¿Y ahora qué? ¿En que te gustaría centrarte o qué te gustaría hacer?

Pues creo que desde los 17 años que empecé a entrenar, no paré nunca. Nunca tuve un parón hasta ahora. La idea que tengo ahora es descansar un poquito pero quiero seguir viendo fútbol y conociendo jugadores. A partir de ahí, si sale algo que me ilusione, me guste y quiera, adelante. Y si no, a descansar. Sí que la idea ahora es seguir entrenando en modestos. Eso sí que lo tengo claro y enfocado.