Si lo dicen los entrenadores profesionales será porque es así. En ocasiones, hay varios partidos dentro de un mismo partido. Eso fue lo que pasó en el Mini Estadi de la Ciudad Deportiva José Manuel Llanera en el Villarreal-Deportivo de los cuartos de final de la Copa del Rey Juvenil. El Submarino Amarillo se adelantó nada más empezar, los de Manuel Pablo completaron una brillante primera mitad con remontada incluida, pero el conjunto local reaccionó tras el descanso y consiguió el 3-2. De ahí al final, el Depor tiró de coraje y de un nivel competitivo admirable.
El Villarreal, armado en un 1-4-4-2 con un jugador diferencial en la medular como Dani Requena, salió a por el Depor, con el habitual 1-4-3-3 iniciando siempre en corto, presionando muy alto. El equipo de Manuel Pablo hizo lo mismo pero, en una acción rápida del conjunto local tras un saque de banda, quedó desnuda la espalda de la línea defensiva blanquiazul. Quintero, un avión con una gran zurda, metió un pase en profundidad que superó a Vilela. Ferreres rompió con velocidad y le regaló el 1-0 a Linares. Solo habían transcurrido cuatro minutos, el tiempo que duró el primer partido.
El partido 2 empezó inmediatamente después del 1-0. El Deportivo mantuvo la idea, pero el Villarreal dio un paso atrás. Sin demasiada profundidad en los primeros minutos tras el gol, pero con mucha posesión, la escuadra blanquiazul fue haciendo recular poco a poco a su oponente. Los de Manuel Pablo jugaban cada vez más en campo contrario, las tres piezas de la última línea entraban cada vez más en juego. El Depor era dominador total y empezaron a llegar las ocasiones. Primero tuvo una Hugo Villaverde tras pase de Diego, pero el portero hizo un paradón con el pie desviando a córner. En ese saque de esquina llegó el gol de Seydi tras un primer remate al palo de Mardones. Ochoa tuvo el 2-2 después de que Villaverde lo dejase solo en el área pero remató alto. Fue Villaverde el que completó la remontada con un golazo sensacional a escasos centímetros de la línea de fondo. El partido 2 terminó con un paradón de Lemos y con 1-2 al descanso.
Sin sustituciones pero con otra imagen –más ritmo y las líneas más juntas y altas–, el Villarreal quiso que tras el descanso empezase el partido 3. No habían pasado ni diez minutos del segundo tiempo y el conjunto local ya había empatado aprovechando que el Depor estaba en inferioridad numérica por la lesión de rodilla de Quique Teijo (Noah entró inmediatamente después del 2-2). En el gol, Berrocal se lanzó al suelo para cortar un pase interior de Quintero a Giovanni con la mala fortuna de dejar la bola suelta en el área. Apareció Requena, sacó provecho de esa concesión y marcó de tiro cruzado. Lemos evitó el 3-2 con un paradón a Unax en un mano a mano, pero no pudo hacer nada en el penalti –cometido por Vilela por un empujón– que lanzó el propio Unax en el minuto 65.
Con un doble cambio –Delgado por Villaverde y Kevin por Martín Ochoa– quiso Manuel Pablo que empezase el partido 4. Faltaban veinte para el final. Kevin fue el primero en avisar tras un centro desde la derecha de Mardones y Mardones, esta vez como rematador, no acertó a bote pronto con un envío de Berrocal. El Depor había vuelto a coger el timón y surgió Baldomar para anotar el 3-3. Álex Delgado, que entró motivado, con desparpajo y atrevimiento, inició la jugada y sacó un centro. La bola quedó suelta y el centrocampista fisterrán la engatilló de volea con la zurda. Un señor gol que le servía al Deportivo para empatar a falta de un cuarto de hora para el final. Kevin tuvo una atacando por la derecha pero el marcador no se alteró. El árbitro pitó el final en el 95 sin novedades en el marcador y con un Villarreal que no sabía muy bien lo que estaba pasando después de adelantarse dos veces en el marcador y que ninguna le sirviera para ganar.
La eliminatoria más emocionante de las tres que disputó el Deportivo en la Copa del Rey esta temporada –en las dos anteriores hubo chicha pero no tanta– pedía a gritos más fútbol y hubo media hora más. La clasificación para la ‘final four’ tendría que decidirse en la prórroga (o en la tanda de penaltis) y se abrió un nuevo escenario en la eliminatoria: el quinto partido. El Villarreal sabía que el Depor tenía capacidad para castigarle y hacerle daño por fuera con dos flechas como Álex Delgado (izquierda) y Pablo Garaboa (derecha) y también con la velocidad y la mordiente de Kevin como punta atacando todos los espacios posible. Quizá fue por eso que no quiso conceder demasiados espacios en la espalda de su línea defensiva. Ese repliegue permitió al trío de centrocampistas formado por Rubén López (pivote), Ferreiro y Diego Gómez (interiores) jugar en campo contrario y transportar balones tanto para las piezas de banda como para el delantero. En una de esas jugadas, cuando se había superado el minuto 5 de la primera parte de la prórroga, Garaboa se hizo con la pelota en las inmediaciones del área y, tras un autopase que nadie esperaba, se fue de su par y, ligeramente escorado a la derecha, ganó la línea de fondo y sacó un centro tenso y raso buscando el primer palo. Kevin sabía que la pelota iría a esa zona y entró con todo pero también con la pausa suficiente como para rematar con calidad al palo corto. Era el 3-4. El Villarreal tenía que arriesgar y disfrutaban de casi 25 minutos por delante, pero ya no había energía suficiente. Estuvo más cerca el 3-5 que el 4-4. La eliminatoria murió en el ‘quinto partido’.