Pablo Prieto Perille ya ejerce como el presidente número 33 de la Real Federación Galega de Fútbol. Lo hace tras una puesta de largo en la Cidade da Cultura, en Santiago, ante medio millar de personas y respaldado por su antecesor Rafael Louzán, ahora al mando de la RFEF. Tampoco faltó Diego Calvo, conselleiro de Presidencia, Xustiza e Deportes y amigo personal de Prieto, que ha aparcado su carrera política tras renunciar esta misma semana a su escaño en el Parlamento de Galicia en representación del Partido Popular.
“O fútbol galego queda nas mellores mans”, zanjó Louzán sobre Prieto, su más estrecho colaborador durante su tiempo al frente de la territorial. Cabe por tanto aguardar continuidad en la labor del nuevo presidente. “Fixen un máster ao teu lado. Aprendín moito de ti, tanto no persoal como no profesional”, glosó Prieto sobre su día a día con el dirigente pontevedrés.
Prieto apuntó que la federación que asume ya camina hacia las 120.000 licencias y calificó a la territorial gallega como referencial para el fútbol español. Marco también una hoja de ruta continuista en la que destacó el deseo de trabajar en equipo con una nueva junta directiva que integra a cinco mujeres y se centró en algunos retos inmediatos: “O compromiso con todos os clubs galegos, a marca e o bo goberno, a formación e os novos plans estratéxicos”.
El ferrolano Pablo Prieto es un hombre proveniente del fútbol sala, en el que destacó como técnico de clubs como Azkar Lugo y O Parrulo de Ferrol, tuvo también una carrera en el extranjero que lo llevó a dirigir en Emiratos Árabes o a la selección de Libia. En el ámbito de la gestión ejerció como concejal en Narón entre 2011 y 2014 y fue vicepresidente en la Federación Gallega de Fútbol, donde asumía también la dirección del fútbol sala.