La vinculación de Óscar Gilsanz con Betanzos es indiscutible. El técnico del Deportivo Fabril, que hace unas semanas logró el ascenso a Segunda Federación, no quiso perderse el desenlace de la temporada del equipo de la localidad en la que nació.
Fletó un autobús, asistió a Rianxo con sus hijos para animar como un aficionado más y pudo festejar el éxito del conjunto de Noé López.
“Muy feliz, muy contento por toda la gente que trabaja por el Betanzos. Y luego por el sentimiento que tengo hacia el club, que estoy muy agradecido por todo lo que me dio desde que era niño. Estoy contento de que mis hijos participen de este éxito”, expresó el técnico.
El primero cuando era niño como aficionado en Fisterra, después uno como jugador, otro como entrenador y ahora este”, señaló.
“Traje uno de los buses e intenté ser un aficionado ruidoso, sobre todo cuando con el 2-0 parecía que la cosa estaba más negra”, añadió.
Un Gilsanz que creyó en todo momento: “Pensaba que quedaba tiempo y que un gol cambiaría el partido; fue clave que llegara el gol de Iago. Cuando hizo el 2-1 estaba convencido de que llegaría el empate”.
“Yo siempre seré del Betanzos, orgulloso de la gente que hace posible que volvamos a Tercera”, finalizó.
Otras reacciones
También compartieron sus impresiones el presidente del club, Ángel Fernández Lendoiro, más conocido como Garrido, y el director deportivo, Javier Sánchez Naveira.
“Era o meu obxectivo tras os descensos, pasamos uns anos moi duros. Un equipo acostumado a estar en Terceira División e de repente verse en Primeira Autonómica, con todos os respectos para eses equipos... Adaptámosnos a esas ligas, nas que é difícil ascender, pero fomos crecendo e aquí conseguímelo. Agora a intentar manter a categoría”, analizó Garrido.
“Donde sufrimos máis foi en aquel intervalo que non salían os perdidos e xa nos daban fora de competición. Tivemos fe e ninguén se deu por vencido”, recordó sobre la temporada de su equipo.
Por su parte, Naveira reconoció haberlo pasado muy mal durante el último choque. “Casi no pude ver la última media hora. Como jugador lo disfruté, como segundo entrenador sufrí y como director deportivo ya no hay palabras, sufrimiento total”, señaló.
El director deportivo nunca perdió la fe. “Ni con 2-0 dejé de confiar. De hecho, en diciembre le dije a Xusto que íbamos a ascender, cuando estábamos a trece puntos del Noia”, confesó.