Juan Riveiro: “Me fastidiaría que viniese otro y que el equipo empezase a ganar”
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Juan Riveiro: “Me fastidiaría que viniese otro y que el equipo empezase a ganar”

Juan Riveiro: “Me fastidiaría que viniese otro y que el equipo empezase a ganar”
Juan Riveiro (55 años) es el entrenador del Atlético Arteixo desde la temporada 2021-22 | Quintana

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Juan Riveiro (A Coruña, 1969) siempre pone las cartas hacia arriba. Con él no hay ni trampa ni cartón. Es tan transparente como directo. Después de una primera parte de la temporada mala, su Atlético Arteixo ha dado un acelerón en los dos últimos partidos de 2024 con dos victorias consecutivas para despedir el año fuera de los puestos de descenso a Preferente.

 

¿Con qué sensaciones se ha ido a las vacaciones? 
Con las sensaciones de haber aprobado. Conseguimos seis puntos en dos semanas y antes de eso teníamos solo nueve. La sensación es totalmente diferente porque ahora nos vemos ahí con todo el mundo. Si viene otra pandemia, que dios no lo quiera, el Arteixo no descendería. Ha habido momentos en los que estábamos a un partido de la permanencia, incluso a dos. Si ganamos en Sarria podemos terminar la primera vuelta en el puesto 13 o 14. En el departamento de Educación Física en el que trabajo tenemos muchas frases y una de ellas es el ‘momento ay, ay, ay’ cuando viene un alumno a decirnos si puede hacer un trabajo para aprobar la evaluación. Es el momento ‘ay, ay, ay, que voy suspender’. Nosotros estábamos en esa situación porque si terminásemos la primera vuelta con nueve puntos deberíamos hacer una segunda prácticamente de playoff para conseguir la permanencia. En cambio, terminamos la primera evaluación con un cinco muy raspadito con dos victorias consecutivas y con un solo gol en contra en los dos últimos partidos. Da la sensación de que el equipo puede pelear con todos.

 

¿Qué mensaje le ha dado a su equipo tras el último partido de 2024?
El mensaje fue el de ‘lunes libre’ porque íbamos a entrenar el día anterior a Nochebuena. Eso quiere decir que el entrenador estaba de buen humor. Los jugadores ya saben lo que pienso y es que no creo que tengamos un equipo para estar muy arriba en la clasificación pero sí para pelear con cualquiera y, exceptuando tres partidos de la primera vuelta, mi equipo los ha competido todos. Entre los errores que cometíamos a nivel individual que era como darnos tiros en los pies y que no éramos capaces de marcar goles nos costaba mucho sacar los partidos adelante. Ahora parece que está cambiando la dinámica. Hace tiempo que no tenemos fallos individuales y parece que los de arriba están empezando a enchufarse. Hace dos semanas, después de la derrota contra el Estradense, tuvimos una charla en el vestuario en la cual dijimos que absolutamente todos tendríamos que cambiar la dinámica. Así lo ha hecho el cuerpo técnico y parece que ha calado en el equipo.


Al Atlético Arteixo se le han atragantado los últimos inicios de temporada, pero este quizá más.
Sí, exceptuando la temporada de Preferente en la que fuimos como motos, últimamente nos está costando. Puede que haya tenido que ver que este año empezamos con un sistema de tres centrales y creo que tenemos capacidad para hacerlo, pero no funcionaba y tuvimos que cambiar. Como entrenador me cuestiono decisiones continuamente y los jugadores también tiene que cuestionarse determinadas actitudes, estados de forma... Todo el trabajo de pretemporada se vino abajo y hubo que modificar todo para volver a jugar con una defensa de cuatro y adaptar a futbolistas que realmente no son de la posición en la que están actuando. Dentro de un orden no ha salido tan mal, sobre todo en las últimas semanas. Las bajas también han influido y fallar cuatro penaltis en tres jornadas con cuatro tiradores diferentes, normal, normal no es.

 

De pasar por pelear por el playoff hasta la última jornada de la pasada campaña a estar al límite de la permanencia.
La dinámica de resultados ha hecho que no fuésemos capaces de encadenar victorias consecutivas. Hemos perdido jugadores que están siendo importantes en otros equipos y no nos ha dado para más, pero me siento responsable. Yo no me doy más de ese 4 o 5 que se lleva el equipo. Cuando el equipo va mal, el entrenador tiene culpa. No hay más historia. Pero reconozco que me fastidiaría mucho que vinese alguien que, a poco que cambiase dos cosas o reactivase ciertas dinámicas, consiguiera que el equipo empezase a ganar y de ahí la charla de hace dos semanas. Me quedo con que hemos apostado por otras ideas y parece que, por el momento, está funcionando.

 

Después de la puntuación de la temporada pasada, ¿había gente confundida en el Arteixo con el objetivo real para este curso?
Por parte de la directiva tengo claro que no y por parte del cuerpo técnico tengo claro que tampoco, pero había ciertos jugadores que sí, pero es normal. Era una de las ideas que había cambiar. No podíamos seguir escuchando hablar de playoff teniendo nueve puntos. Había que cambiar esa mentalidad. El equipo de esta temporada tenía que trabajar otras cosas y jugar a otras cosas porque lo importante es hacer puntos e intentar salir rápidamente de ahí. Había que cambiar el chip, pero el mensaje por parte del cuerpo técnico siempre fue claro, pero una cosa es el mensaje que lanzas y otra lo que ellos captan, pero ahora todo el mundo tiene claro que lo que nos va a tocar es pelear con ocho o nueve equipos y tratar de ser el primero o el segundo de ese grupo para evitar problemas en las cuatro o cinco últimas jornadas.

 

Habla de jugar a otras cosas. Se intuye que no estaba en sus planes la propuesta actual del equipo. 
No es mi filosofía ni algo que me atraiga demasiado. De hecho, en el amigo invisible recibí algún regalo con frases del estilo ‘jugamos directo y, si no, jugamos directo’. No sé si la dije en algún momento, pero ellos te los recuerdan en momentos distendidos con los del amigo invisible. El planteamiento de principio de temporada era el de un equipo que quería ser protagonista con el balón, peor nos pegábamos tiros en los pies perdiendo balones en situaciones de creación que no nos estaban dando nada de cara a llegar a portería contraria más allá de una mera posesión que no nos servía para llegar con peligro a tres cuartos de campo. En cambio, defensivamente estábamos muy desequilibrados. Nos estaba costando goles en contra y había que cambiar algo. Una cosa es el fútbol que me pueda gustar a mí pero, como entrenador, si ves que algo no funciona tienes que cambiar. Si con tres centrales y dos delanteros no resulta, hay que cambiar. Con el 1-4-2-3-1 tampoco nos fue muy bien y ahora parece que con este 1-4-4-2 estamos un poco mejor. Y no solo me refiero a sistema sino a la forma de intentar llegar a la portería contraria. En vez de tratar de hacer con seis pases, tal vez está siendo más efectivo hacerlo con dos, atraer al rival, jugar directo sobre los dos puntas y, a partir de ahí, tratar de crear peligro.


¿En qué momento de la temporada entiende que debe cambiar la forma de jugar?
En le quinto partido ya cambiado la idea de juego porque veíamos que no nos funcionaba, pero el día del Estradense el equipo estuvo muy mal. Siempre vamos a poder perder. Por ejemplo, el día del Arosa, nos metieron cinco pero el equipo dio la cara en la segunda parte marcando tres goles. El equipo no bajó los brazos, pero contra el Estradense fuimos un equipo inoperante y muy pobre. Ese día, el equipo me transmitió la idea de que estaba muerto. Lo hablé con el cuerpo técnico y nos dimos dos semanas de margen. Debemos ser honestos y decir: si no somos capaces de arreglar esto nosotros, es mejor que venga otro y trate de arreglarlo. Quedaban dos semanas para el parón, hubo una charla en la que tratamos de cambiar dinámicas en los entrenamientos y en los partidos y parece que ha funcionado porque hemos hecho seis de seis y da la sensación de que estamos en la línea correcta. La labor del entrenador es no quedarse parado. Si las cosas no funcionan, hay que dar un golpe encima de la mesa sin echarle la culpa a nadie. De hecho, el primero que falla soy yo porque veo que hay cosas que siguen igual y no hago nada.

 

Hace un año, la situación era similar, incluso había presentado la dimisión.
He de decir que no me he sentido ni lo más mínimo presionado por parte de la directiva, pero sé que si termino la primera vuelta con nueve puntos estoy en la calle. De hecho, en la última charla que tuve de este tema con el presidente lo primero que me dijo fue: ¿en qué os podemos ayudar? Ellos nos ven entrenar y ven los partidos, por lo que saben cuáles son las circunstancias. El razonamiento de la directiva es: ¿qué parte de culpa tiene el entrenador de lo que le está pasando al equipo? No todas las directivas razonan así.

 

El responsable de la confección de la plantilla de esta temporada es Juan Riveiro. ¿Siente que se ha equivocado en esa faceta?
Sigo pensando que no, pero soy consciente de a dónde he podido llegar económicamente para fichar. Para empezar, incorporé a tres futbolistas que estaban lesionados: la renovación con una lesión de hombro de Fabio, que ha empezado a jugar hace tres jornadas, el fichaje de Fer Gordo con una lesión de tobillo importante y el de Rojo. A lo mejor no podíamos llegar a estos dos últimos si no estuviesen lesionados. Y a eso hay que añadir que Agulló se volvió a lastimar. He dicho cuatro pero hay más. Sergio Pereira ya lleva dos roturas de fibras. La diferencia es que yo no me quejo porque las plantillas están para eso.

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