Ha tomado aire el Victoria tras vencer de forma consecutiva a Sofán y Galicia Mugardos. Lo necesitaba el equipo, que pese a haber realizado buenos partidos se encontraba en zona de descenso como peaje por ciertas desconexiones sufridas en varios choques.
Tras una derrota contundente frente al Cidade de Ribeira (3-0), los de Franchu necesitaban dar un paso al frente contra el Sofán. Como aspecto al que agarrarse tenían los buenos partidos de diciembre ante otros equipos de la zona alta como el San Tirso o el Montañeros, pero debían plasmarlo en el terreno de juego. Así fue. El técnico dispuso a su equipo en un esquema 4-1-4-1 que sirvió sobre todo para minimizar a los carballeses.
Aparecieron los tres fichajes en el once, Pipo, Nano Varela y Martín Mauriz, jugó Miguel Mandayo en el lateral izquierdo (habitualmente no puede hacerlo por motivos laborales) y quizá lo más sorprendente fue la presencia de Samu Pardo como referencia de ataque. En los extremos, dos jugadores muy jóvenes: Alberto Benito y Pedro Carpente.
Los tres futbolistas más destacados de dicho partido fueron Pipo, que hizo gala de su experiencia en la zaga despejando cada balón que enviaba el Sofán al área; Carpente, muy veloz y esforzado en defensa por banda izquierda; y Nano Varela, que repartió juego e hizo el gol del triunfo.
Esos tres puntos, combinados con la derrota de As Pontes frente al Montañeros, sacaban al Victoria del descenso varias jornadas después.
Tocaba posteriormente afrontar la visita al campo de A Pedreira, con la intención de lograr por primera vez dos triunfos consecutivos.
La formación táctica fue idéntica, pero con cuatro novedades, Adri Méndez, Iván Mandayo, Fidi y Jorge Otero.
Este último, junto a Santi Carneiro, delantero que partió como suplente, fueron los protagonistas con sus goles de un partido que refuerza a un Victoira que quiere más.