Carla Amado (A Coruña, 2005) no olvidará nunca la tarde del 5 de junio de 2024. Se dio el gusto de marcar dos goles en Riazor, los únicos de un partido con el que el Victoria B se proclamó campeón de la Copa de A Coruña frente al Bergantiños. Era su segunda experiencia en la casa del Depor, tan solo un año después de perder la primera edición del trofeo herculino femenino ante el Orzán.
“Noté diferencia con respecto a los nervios, quizá porque iba más confiada. Después del partido que hicimos en Carral -cuartos de final-, que fuimos a penaltis, creo que el equipo se puso mucho más serio y desde ahí tenía la sensación de que íbamos a ganar la Copa. El año pasado, en cambio, el Orzán tenía muy buen equipo (nosotras también), pero había más dudas. Entonces esta vez iba menos nerviosa”, reflexiona la jugadora de las ‘cebras’.
¿Qué sintió al marcar en un campo así? “El primer gol no me lo creía al principio. Tuve que mirar a la árbitra para confirmar que lo daba válido; y en el segundo mucha felicidad por marcar en Riazor y muy agradecida de poder jugar allí”.
El 2-0 llegó desde el punto de penalti. “Desde pequeña siempre me animo en tandas de penaltis, y si hay alguno en el partido si nadie quiere tirarlo lo tiro yo. Ayer le pregunté a Naroa, que fue quien lo provocó, si lo quería tirar, pero como me dijo que no, me animé yo a coger el balón”, rememora.
Disputó la final como lateral derecha, pero es una jugadora polivalente. Hace una o dos temporadas jugaba de extremo, pero también me gusta bastante defender y a veces me ponen de central, incluso. Ahora también a veces de lateral, pero depende mucho de las jugadoras que tengamos disponibles”, explica.
Por último, Carla Amado se define como una jugadora “bastante rápida”. “Creo que mi punto fuerte en el campo es defender, no atacar. Se me da bastante bien leer lo que va a hacer la jugadora que tengo delante y que dispone del balón en los pies”, finaliza.