La rueda empieza a girar y no para. Y pobre del que no se suba a tiempo. Porque cuando coge velocidad, no espera por nadie. Ni aunque se llame Liceo. Lo comprobó el año pasado el equipo coruñés, cuando se quedó fuera de la Copa del Rey en una primera vuelta irregular y con un gran punto negro, los partidos fuera de casa. Quince encuentros en nueve semanas le examinan ahora en el inicio de un nuevo curso que los verdiblancos ya abrieron con victoria frente al Alcoi el domingo (2-1). Tres días después, nueva prueba ante un Lleida (Onze Setembre, 20.30 horas) reforzado, con viejos conocidos y que también ganó en la primera jornada.
Después de una pretemporada atípica, con poco movimiento, el Liceo, en plena construcción, lo que necesita son partidos para seguir creciendo. Competición. Y eso es lo que le van a dar los dos próximos meses. Ya para abrir boca, tres compromisos seguidos en siete días. El del domingo en casa contra el Alcoi y esta semana, mini gira por Cataluña. Ayer la expedición inició el viaje desde A Coruña que incluyó avión a Madrid y tren a Lleida. Mañana se marcharán hacia Vic para volver a jugar allí el sábado.
En los dos encuentros oficiales hasta el momento, Barça en Supercopa y Alcoi en Liga, está siendo un Liceo de primeras partes. En las segundas le cuesta más aguantar, tanto por fluidez ofensiva como por concentración atrás. En el estreno liguero frente a los alicantinos, el equipo mejoró en este último apartado. Juan Copa busca construir desde la defensa. Hacerse fuertes en torno a su portería para después ir creciendo hacia adelante. Calidad le sobra arriba. Solo será cuestión de tiempo que empiece a fluir.
La última visita del Liceo a Lleida fue positiva para los coruñeses. De hecho, fue el único partido de la primera vuelta que fueron capaces de ganar fuera de casa la temporada pasada. Lo hicieron por un 1-6 con protagonismo de César Carballeira, que marcó tres goles.
Un cedido, un coruñés y un ex de Compañía de María. El Lleida está plagado de conocidos para la afición verdiblanca. Para empezar, Tombita, Fran Torres, que juega de prestado por parte de un club verdiblanco que no ejercerá la cláusula del miedo y que permitirá que el delantero argentino esté sobre la pista. El ‘44’ ya debutó la semana pasada, formando incluso parte del quinteto inicial, aunque no pudo estrenarse todavía como goleador.
Sí lo hizo Antonio Miguélez (A Coruña, 1997) conocido como Chino, que marcó uno de los cuatro goles con los que el Lleida se impuso al Vic por 0-4 en la primera jornada. El canterano de Compañía de María, que pasó por el filial del Barça e incluso llegó a estrenarse con el primer equipo culé, regresa a España después de un periplo de cuatro años en Italia, dos en el Montebello y dos en el Sandrigo.
En el primero de sus destinos italianos coincidió con Nuno Paiva. El portugués llegaba allí después de destacar en la OK Plata precisamente 0con el Compañía de María. Ahora vuelven a encontrarse en un nuevo destino en el que el luso abre ya su tercera temporada convertido en una de las referencias ofensivas. 21 goles el año pasado, 19 el anterior, incluidos 5 en los enfrentamientos directos con el Liceo.
El Lleida perdió con respecto a la temporada pasada a uno de sus jóvenes valores, Sergi Folguera, que recaló en el Calafell; al argentino Julián Martínez (Coutras) y a Xavier Aragonés (Noia). Se mantiene una de sus referencias ofensivas, el argentino Nico Ojeda, bigoleador en la primera jornada y que llegó a ser una de las opciones para reforzar al Liceo el pasado verano. Como refuerzo, junto a Tombita y Miguélez, llegó el también argentino Darío Giménez, procedente del Barcelos portugués y con una larga y contrastada trayectoria en Italia (Valdagno, Bassano, Giovinazzo, Trissino y Matera). Uno de esos jugadores capaces de crear magia, pero ya con 37 años en la etapa final de su carrera.