En la rica historia del Hockey Club Liceo aún quedan récords por batir. Este domingo cayó uno muy difícil de igualar: el equipo coruñés encadena cuatro partidos sin encajar un gol, una marca impensable en un deporte tan dinámico y vertical como el hockey patines. El anterior registro, de tres partidos seguidos a cero, data de la temporada 1981-82, la misma campaña que el club levantó los dos primeros grandes títulos en su palmarés: la Copa del Rey y la Copa de la CERS.

La racha empezó el 18 de enero en Alcoi (0-4) y se ha prolongado tres partidos más, todos al abrigo del Palacio de los Deportes de Riazor: contra el Lleida (1-0), en Champions ante el Valongo (2-0) y este domingo con un goleada sobre el Vic (5-0). El mérito es para Martí Serra, que ha puesto el candado a la meta verdiblanca. Y también para sus guardaespaldas, los Dava Torres, César Carballeira y compañía, por su esfuerzo y compromiso defensivo.

Han pasado 12 jornadas y 106 días desde la derrota del Liceo en el Olímpic de Vic (3-1), pero han sentado como años de experiencia a Bruno Saavedra y Jacobo Copa. Al ímpetu y el apetito propios de la juventud le han sumado horas de vuelo con la camiseta verde y blanca. Les hacía falta. Ya no solo son el futuro del club, son el presente, complementos perfectos para un bloque que pasa por su mejor momento del curso. 

En su peor momento se presentó el Vic en Riazor, con cuatro derrotas consecutivas y al borde de las posiciones de descenso directo. El equipo coruñés es segundo, solo por detrás del inalcanzable Barça. La clasificación está para algo. Y la teórica superioridad liceísta sobre el papel se plasmó enseguida sobre el parqué del Palacio.

Bombardeo verde y blanco

El Liceo bombardeó la portería de Xavi Puigbí desde el minuto 1. Y de no ser por el veterano portero de 37 años la goleada podría haber sido mayor. Un par de posesiones aguantó el equipo visitante el tremendo ritmo de partido. Avisaron Nil Cervera y Arnau Xaus, respondieron los rojiblancos, pero sin apuros para Martí. A la tercera fue la vencida: corrían poco más de dos minutos en el reloj cuando Dava robó en su propia cancha, montó el ataque y asistió a Xaus, que definió de cuchara a la red. 1-0.

El asedio del Liceo no había hecho más que empezar: otra de Arnau, un palazo de Nil y un remate de César exigieron a Puigbí, totalmente solo ante el acoso de los locales. Las ocasiones se sucedieron una tras otra, sin apenas respiro para el débil Vic, que no pudo ni supo contener las embestidas, ni con la bola ni en transición. Totalmente superado, el técnico Ramón Pardo paró el partido.

No surtió efecto el tiempo muerto. Las primeras rotaciones de Juan Copa le metieron una marcha más al equipo: Fabri Ciocale salió con la bola a toda mecha, jugó con César y Bruno remachó en el segundo palo. El 2-0 hacía justicia a la tremenda superioridad. El '13' marcó poco después el gol de la temporada con un espectacular gesto en el área pequeña, pero los árbitros lo anularon por bola alta.

El tercero pudo llegar a pelota parada, pero Xaus no superó a Puigbí en la falta directa por un agarrón, y con dos disparos de Ciocale y Saavedra que se estrellaron en los palos. El 3-0 fue un auténtico golazo: Jaco encaró al último hombre, se pasó la bola entre las piernas y definió en extensión por abajo.

Vuelve Ferruccio

Con un marcador cómodo le dio Juan Copa la alternativa a Tato Ferruccio, ausente desde el 15 de diciembre contra el Vilafranca, siete partidos fuera por una pubalgia. El argentino entró falto de ritmo, pero su vuelta es una noticia inmejorable de cara al tramo decisivo de la temporada. El primer tiempo agonizó con más llegadas liceístas y un Vic agitando la bandera blanca.

El segundo tiempo incrementó la sensación de monólogo sobre la pista. Ni dos minutos tardó el Liceo en ver portería de nuevo: Bruno cazó un rechace cerca del área rival y definió de cuchara a la escuadra. 4-0. La 'manita' cayó a quince minutos de final con un gol a lo Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como): el capitán Dava Torres interceptó bola en su propia cancha, salió hacia la portería rival y, después de dos fintas, encaró y engañó a Puigbí para sellar el 5-0.

Pudo ser peor, pero los palos salvaron el reestreno goleador de Ferruccio y una ocasión más de Cervera. El récord de las porterías a cero corrió peligro a 20 segundos del final, cuando el visitante Crespo se plantó ante Martí Serra, que pese a la falta de trabajo en el segundo tiempo sacó una guarda milagrosa para sellar una marca histórica para un equipo que apunta alto.

Esto no se para y el Liceo afrontará este jueves su cuarto partido consecutivo en Riazor, ante el Quévert en la fase de grupos de la Champions, su primera oportunidad para sacar el billete a los cuartos de final. Y en otra semana de tres partidos, el domingo visitará el Palau Blaugrana para medirse al Barça, líder de la OK Liga con 16 victorias en 16 partidos, doce puntos por encima del equipo coruñés.