El Liceo acabó con una racha de cinco años sin ganar en el Ateneu al imponerse por 1-3 al Noia en un partido que echó chispas, que se alargó durante más de dos horas en las que ninguno dio ni una sola concesión. Máxima intensidad en cada segundo, en cada ataque, en cada defensa, con dos porteros que tenían el día inspirado y con unas transiciones letales de los verdiblancos. Sin Dava Torres y Jacobo Copa con fiebre, gran triunfo, el cuarto seguido en la OK Liga para acercarse a la Copa. Y mirando ya a jueves, cuando visita el Palacio de los Deportes de Riazor el Oliveirense en la segunda jornada europea.

Se avisaba en la previa. Los partidos entre el Liceo y el Noia son declarados de alta intensidad. Son dos equipos frente al espejo, que van con todo a todas las bolas y no dan nada por perdido. Y el riesgo cuando las revoluciones están tan elevadas, es que se pasen de rosca. El primer tiempo, 25 minutos a tiempo parada, se alargó durante una hora en la que hubo dos goles, uno para cada uno, casi veinte faltas (nueve para el Liceo, ocho par el Noia), tres azules, un penalti, una directa y otro casco que César Carballeira dejó temblando.

Juan Copa introdujo cambios desde el inicio. Después de varias jornadas apostando por Martín Rodríguez bajo palos, volvió a darle una oportunidad a Martí Serra. Para los otros no le quedó más remedio, por la baja del capitán Dava Torres, con el que no se quiso arriesgar después de que el jueves en Trissino sintiera una molestia muscular. Para acompañar a Carballeira eligió a Nil Cervera, mientras que apostó por Bruno Saavedra para completar el ataque junto a Arnau Xaus.

Duelo Costa-Ferruccio

Carlos Cortijo eligió a su cinco de toda la temporada, pero fue el primero en mover el banquillo, entrando a pista Jordi Bargalló y Xavi Costa. Y fue con la salida de los veteranos cuando empezó a calentarse el ambiente, en la pista y en la grada. La forma de jugar del '9' es sobradamente conocida en A Coruña. La de '6' no deja indiferente a nadie. Siempre está en todos los fregados. Para bien y para mal. 

Y se encontró con la horma de su zapato en el Liceo con Tato Ferruccio. Se las tuvieron cada vez que estaban cerca. Y fue Costa el que cometió un penalti claro en el área al empujar al argentino. César Carballeira, el especialista, fue a tirar la pena máxima pero se encontró con un Blai Roca que fue el mejor de los suyos durante todo el partido.

Se pasó del posible 0-1 al 1-0 con un disparo de Xavier Aragonès que, raso, se coló por debajo de Martí Serra. La jugada nació de una pérdida de Ferruccio en zona peligrosa. El jugador del Noia se quedó demasiado solo para armar el disparo y abrir el marcador en favor de los locales. Juan Copa necesitaba rearmar la estrategia. El Noia es todavía más peligroso cuando se pone por delante porque defiende bien y se apoya mucho en las grandes paradas de Blai Roca.

Tres azules en 2 segundos

Ferruccio, que estaba de cumpleaños (27) enmendó su error al provocar la azul a Humberto Mendes en la acción posterior. Él mismo se fue a tirar la directa, pero no hay manera. El argentino volvió a fallar y en la lucha por el rechace, tanto Costa como Cervera se llevaron una azul. Esto provocó una situación inusual. Porque al no poderse quedar el Noia con dos, según el nuevo reglamente, jugaron dos minutos un tres para tres y a continuación, los dos en superioridad del Liceo.

Los verdiblancos estaban avisando. Y volvieron a dar una lección de cómo se juega la contra. Bruno Saavedra robó en la frontal de su área, logró superar una maraña de jugadores del Noia que le esperaban por el centro, se la cedió a la izquierda, por donde llegaba Arnau Xaus, y este asistió al segundo palo para que Nil Cervera, que entraba a toda velocidad, hiciera el empate. El Liceo empieza a patentar sus transiciones imposibles de frenar.

Al primer tiempo todavía le quedaban cinco minutos en los que los árbitros señalaron la novena falta del Liceo, que iba a tener que tener un extra de cuidado para no cometer la décima demasiado pronto. Y cuando se enfilaba el descanso, Nil Cervera se inventó un gran jugada en la que se fue de tres rivales, se plantó frente a Blai Roca y cuando ya lo tenía vencido, mandó la bola al palo justo cuando sonaba la bocina que indicaba el paso por vestuarios.

Segunda parte

La batalla se preparaba para otros 25 minutos de intensidad. La clave para el Liceo fue conseguir anotar pronto el segundo. Parecía una jugada casi calcada a la del primero pero invirtiendo los protagonistas. Nil Cervera le devolvió la asistencia a Arnau Xuas, que metió el stick lo justo para marcar el segundo y darle cierto margen a los coruñeses, que tenían la soga de las faltas al cuello.

La suerte se alió con ellos con un disparo al palo posterior de Jordi Bargalló, con gran parada a continuación de Martí Serra. El Noia, que había acabado el primer tiempo con ocho faltas, hizo dos seguidas y llegó antes a la décima que el Liceo. Arnau Xaus lanzó tres ganchos, pero Blai Roca se recuperó bien para impedir que el verdiblanco anotara el tercero.

Estaban inspirados los porteros porque después fue el turno de los locales. Décima para el Liceo y fue Martí Gabarró, un gran especialista, al punto de la directa. Martí Serra se reivindicó estirándose lo máximo que pudo para evitar que el delantero cavista le superase por alto. Pasó la ronda de directas y el marcador seguía igual: 1-2.

Sentencia

Se entraba en los últimos diez minutos con todo por resolver. El Liceo buscó claramente las contras. La velocidad de Fabrizio Ciocale y Nil Roca le daba mucho juego. El argentino incluso marcó un golazo que los árbitros no dieron por bueno al considerar que había levantado en exceso el stick a la hora de golpear la bola.

La siguiente ocasión liceísta para firmar la sentencia fue a bola parada. Toni Salvadó vio azul por rebañar con su stick el patón de Ferruccio, que había estado muy atento para robar y salía a la contra. El argentino insistió al ir a la directa. Pero se lo pensó demasiado y se le acabaron echando encima los defensas. Otra directa fallada y oportunidad perdida.

El Noia encerró al Liceo en su área en los últimos cinco minutos. Pero eso también permitía que el equipo coruñés pudiese armar las transiciones, tan peligrosas.  Xaus pudo sentenciar así. También Nil Cervera. Mientras, Martí Serra levantana un muro en su puerta. Los locales lo intentaron en el último minuto sin portero para jugar con cinco. Se defendió bien el Liceo y Arnau Xaus aprovechó la puerta vacía para firmar la sentencia.