Faltan 48 horas para que el Liceo de la temporada 2024-25 eche a rodar. Cuenta atrás para volver a ver a los jugadores de Juan Copa en acción, aunque un año más se trate de una plantilla con muchos cambios con respecto al curso anterior. Acostumbrado a renovarse, el conjunto verdiblanco presentará el lunes cinco caras nuevas para suplir cinco bajas, lo que convierte al equipo coruñés en el que más se ha movido en el mercado de este verano. Empata con el Calafell, que también ha hecho cinco movimientos, aunque solo cuatro en la plantilla y uno en el banquillo. La media de los conjuntos de la OK Liga es de tres, que son los que ha tenido que hacer el Barcelona. A excepción del Reus y del Voltregá, que no presentarán ningún cambio entre los jugadores, sí en el titular del vestuario en el caso de los de Sant Hipòlit.
El Liceo agitó el mercado. Los verdiblancos, después de una temporada por debajo de las expectativas, estaban obligados a hacer cambios, a buscar esas teclas que al pulsarlas ayudaran a la creación de la sintonía coral. Y aunque es cierto que son cinco los fichajes, su gran movimiento no fue externo, sino interno. La renovación de los capitanes David Torres y César Carballeira puso en marcha el resto. También siguen Martí Serra (portero), Pablo Cancela, Fabrizio Ciocale y Bruno Saavedra. Seis. Que ya es el doble, por ejemplo, de los que se quedaron cuando ganó la liga, que solo continuaron tres.
Por lo tanto el Liceo se ha renovado, pero sobre una base sólida y buceó por el mercado para buscar cinco incorporaciones que mejoraran lo que ya tenían (Tiago Rodrigues, Sito Ricart, Tomás Pereira y Guido Pellizzari, además de Tombita, cedido al Lleida). Tres nuevas como Arnau Xaus (Calafell), Nil Cervera (Igualada) y Tato Ferruccio (Tomar). Otro que desde el Saint Omer francés vuelve a casa como el portero coruñés Martín Rodríguez. Y un último como Jacobo Copa (Dominicos) que aunque vivirá su estreno tanto en el equipo como en la competición, conoce a la perfección tanto a los que serán sus compañeros como al cuerpo técnico.
El que es su máximo rival, el Barça, también inicia ciclo. Había mantenido bloque en los últimos cursos, con pequeños retoques, prácticamente cromo por cromo, en cada verano. Pero la marcha de su jugador franquicia, Pau Bargalló, a un Benfica que le convenció para que cambiara de aires con un contrato que supera el millón de euros por primera vez en la historia del hockey sobre patines, y las consiguientes salidas del entrenador Edu Castro y del goleador João Rodrigues al mismo destino, provocaron un terremoto de máxima intensidad. La retirada del capitán Sergi Panadero vino a confirmar el fin de una era. Los culés han apostado para el banquillo por David Cáceres y por el retorno de un viejo conocido como Pablo Álvarez, ex del Liceo, ya con 38 años. El fichaje de más relumbrón es el de Ferrán Font, del Sporting, y también incorporan a Sergi Aragonés, del Reus.
De hecho el conjunto rojinegro es, de los de arriba, el que menos se ha movido. Porque perdió a Aragonés y también a David Gelmá, camino del Caldes, y su casilla de altas está vacía salvo por la confirmación de que el canterano Guillem Jansá pasará a formar parte del primer equipo. El Reus es junto al Voltregá los que han mantenido casi al completo al grupo. Aunque para los de Sant Hipólit, que perderion a Dídac Alonso y Lluc Sitjá, el cambio sea a nivel estructural con la llegada de un entrenador nuevo como Ferrán López, que dejó su sitio en el Calafell a Guillem Cabestany, el hasta ahora seleccionador nacional (cargo en el que le sustituye Pere Varias, del Noia, a donde llega Carlos Cortijo).
El Calafell presenta cuatro fichajes y entrenador nuevo; cinco cambios, como el Liceo. Le siguen los ascendidos Alpicat y Vic, el Igualada, el Barça y el Noia con cuatro (en el caso de estos dos últimos, tres jugadores y un entrenador); el Alcoi, el Caldes, el Lleida y el Sant Just con tres; el Vilafranca con dos (entrenador y un jugador); el Votregá con uno (entrenador) y el Reus, con ninguno.