El Leyma Básquet Coruña sufrió hasta el infinito y más allá para deshacerse (84-79) de un gran Obradoiro, que justificó su condición de favorito a regresar a la ACB, y meterse en la final de la Copa Galicia, donde este domingo (18.00 horas), se medirá al anfitrión, el Breogán, que en la segunda semifinal superó por 78-69 al Club Ourense Baloncesto. 

El equipo compostelano hizo gala, ya de salida, de su exhuberancia en los lanzamientos de tres puntos, la que le llevó a anotar 22 en un partido de Copa de España contra el Santfeliuenc. El déjà vu se extendió a la forma. Un exterior, Jake Stephens, acribillando al Leyma desde el arco. Igual que Nate Sestina en los primeros minutos de la semifinal del Torneo EncestaRías contra el Valencia Basket.

El pívot estadounidense hizo un pandero de Huskic. Tanto desde fuera como desde la pintura. Con 10 puntos de Stephens y 3-12 en el marcador gastó Diego Epifanio su primer tiempo muerto, del que los suyos salieron con una canasta en el poste bajo del Jokic de los pobres, la primera ante la no demasiado buena capacidad defensiva del corpulento Stephens.

Solucionado el tema interior, el problema del Leyma siguió estando en el exterior. Leimanis, su verdugo en la pasada Copa Princesa, firmó el quinto triple del Obradoiro en poco más de seis minutos (11-23). Barrueta salió al rescate con dos aciertos lejanos seguidos, pero el cuarto lo cerró un exnaranja, Alex Galán, de la misma manera (18-27).

Y de la misma manera arrancó el segundo acto. Tercer triple de Stephens. Solo que esta vez no tuvo continuidad. Jakovics enroscó el cuarto del Leyma y un 2+1 de Lima –tras robarle el balón en media pista a Varela– completó un parcial de 7-0, que obligó a Gonzalo Rodríguez a parar por primera vez el choque (25-30).

Davison fusiló de nuevo desde el arco, esta vez contestado por Barrueta, pero cinco puntos seguidos de Micovic, canasta y triple, ambos tras rebote ofensivo, relanzaron al Obradoiro. Y llevaron a Epi a consumir otro tiempo muerto. 

La entrada en pista de Alex Hernández, autor de 6 puntos y 2 asistencias en 256 segundos, los únicos que tendría en este encuentro, reanimó al BC, que de nuevo se colocó a un par de canastas (38-44). Un triple de Aleix Font en la última posesión mandó el partido al descanso con un mucho más tranquilizador 41-45. El punto final a una primera mitad en la que ambos equipos se mostraron finísimos de los 6.75 metros: 7 de 14 el Leyma y 10 de 19 el Obra.

La segunda parte no podía comenzar de otra manera: triple del equipo santiagués. En esta ocasión del otro interior titular, Micovic. El Leyma respondió también con tres puntos, aunque de manera muy peculiar. Burjanadze anotó el primer libre, falló el segundo y Stephens, en su afán de rebotear, la metió en su aro. Otro tipo de rebotes, los muchos que rebañó el Obradoiro al otro lado de la pista (0-13 en puntos tras captura ofensiva), hicieron mucho daño a los de Epi y mantuvieron a flote a los de Rodríguez, ya menos atinados desde el arco.

Así, con pico y pala en mano, fue el Leyma recortando, hasta colocarse a tiro de dos (56-58) tras bandeja de Aleix Font. El catalán tomó el testigo de Taylor, que pasó de no anotar en toda la primera mitad a encadenar cuatro canastas. Una de Stevic sobre la bocina mandó el partido a los 10 minutos finales con 61-63.

El poder del físico

La diferencia física, que empezó a hacerse notar en el tercer cuarto, dominó en el arranque del cuarto. Y tras 31 minutos y 24 segundos de partido el Leyma, mucho más agresivo atrás, lograba su primera ventaja (66-63), con 2+1 de Font que nació de un robo  de Huskic a Stephens.

El siete pies del Obradoiro salió al rescate con un triple y una canasta tras rebote de ataque (75-75). Los errores del BC desde el arco (1 de 7) fueron el otro factor que impidió el demarraje naranja.

Un libre convertido por Taylor devolvió al mando al ayer local (80-79). En la siguente posesión el Obradoiro agotó los cinco segundos para sacar de banda. El partido se le hacía ya muy largo a los de Gonzalo Rodríguez. Lo demostró su siguiente ataque, en el que la asfixiante defensa del Leyma obligó a Varela a lanzar, sobre la bocina, un triple de casi el medio de la pista. Figueroa capturó, de manera acrobática, el rebote, salió como un misil hacia campo rival, pasó a Barrueta, solo en la esquina derecha, y el Papi no le devolvió la pared. Tiró. Y la metió. Parecía triple. Fue doble (82-79).

Stephens, con dos triples muy forzados, quemó las naves de este estupendo Obradoiro, que entregó la cuchara con honor y, de manera definitiva, después de Scrubb –partido raro el suyo ante su exequipo– registrase, con dos aciertos de 4,60 metros, sus único puntos en los 28 minutos que estuvo en pista.