El Leyma Básquet Coruña-Joventut del pasado domingo es, tal vez, el partido de análisis más sencillo de lo que va de temporada. Sam Dekker y Kassius Robertson acribillaron a triples, con un altísimo porcentaje de acierto, al inquilino del Coliseum, que, de haber estado un poquito más certero desde larga distancia, habría tenido opciones de victoria.
Y es que los de Diego Epifanio empezaron a ir a remolque desde que el ala-pívot estadounidense y el escolta canadiense vieron el aro como una piscina olímpica. Dekker, quien promediaba 8 puntos antes de este encuentro, se fue hasta los 30, con un asombroso 8 de 11 desde el arco. El exobradoirista lanzó menos, pero también con una puntería suprema: 5 de 6.
Esos 39 puntos entre dos jugadores y el terrible 1 de 12 desde 6,75 en la primera mitad anularon el buen trabajo del conjunto naranja en otras facetas del juego. Además, tanto Dekker –MVP de esta jornada 12– como Robertson aplacaron –en varias ocasiones– con triples los intentos de acercamiento del Básquet Coruña en el último cuarto, después de haber acumulado un déficit máximo de 19 puntos (75-94).
Entre los aspectos positivos de los de Epi destaca sobremanera uno: solamente cinco balones perdidos en los 40 minutos, todo un hito para el tercero por la cola del ranking liguero, con casi el triple de media por encuentro.
También estuvo a muy buen nivel la defensa interior del último campeón de la LEB Oro. Tan solo encajó 28 puntos de un rival con pívots tan determinantes y altos como Ante Tomic (2.17 metros) y Artem Pustovyi (2,19). Y anotó 40 en la zona verdinegra.
El Leyma lanzó mejor que la Penya de dos puntos (28 de 47 por 16 de 27), mientras que desde 4,60 metros, donde los naranjas son farolillo de la ACB y los verdinegros terceros por la cola, ambos equipos se mostraron bastante y muy atinados: 11 de 15 los de Epi y 14 de 16 lo de Dani Miret.
Así pues, todo queda reducido al principio, al daño irreparable que causaron entre Dekker y Robertson en una faceta, el triple, en la que el Joventut..., cierra el ranking de intentados. Si es que en A Coruña, cuando llueve, llueve de verdad.