El Leyma Básquet Coruña regresa, una semana después, al farolillo rojo, tras encajar en La Laguna (92-83) una derrota previsible y lograr el Granada –su víctima en la jornada precedente– una imprevisible victoria contra el Manresa, que, sin embargo, no altera ni un ápice la hoja de ruta naranja en pos de una casi utópica salvación; sus objetivos están más arriba: los equipos que acumulan 10 éxitos. Dio una muy buena imagen ante el segundo clasificado, pero las victorias morales ya no sirven.
Arrancó el Leyma moviéndose, rápido, al ritmo de Taylor, quien atacó a Huertas con velocidad en penetración. Su homólogo brasileño replicó conectando en el poste bajo con Shermadini. El clásico del Tenerife. Un clásico de la ACB. Los puntos del pívot georgiano (6) y los del base de West Hollywood (9) mantuvieron nivelado el marcador durante todo el primer cuarto.
Dos libres convertidos por Phil Scrubb, seguidos de la tercera canasta consecutiva de Huertas, cerraron unos 10 minutos inaugurales (25-24) donde el equipo de Diego Epifanio ofreció, desde el salto inicial, una buena versión defensiva, con muchas manos al balón, ayudas interiores y llegado (casi siempre) a las esquinas.
El inicio del segundo acto lo agitaron un par de triples locales. Pero el Leyma siguió a los suyo. En ataque, mucha movilidad y pases; atrás, tratando de cerrar el arco, desde donde el Tenerife lidera la liga en acierto. Especialmente activo estuvo Phil Scrubb, persiguiendo por toda la cancha a Kramer como si le debiera dinero.
Sellado el perímetro durante varios minutos, los de Epi construyeron una renta máxima de siete puntos (35-42), tras cinco seguidos de Lundqvist. Doornekamp, con dos dianas lejanas consecutivas, salió al rescate del segundo clasificado, la segunda ya con los naranjas colocados en una zona 2-3.
Un palmeo de Thomas Scrubb, a falta de un segundo, completó con 48-51 una primera mitad con un dato más extraño que curioso: Barrueta, que jugó todo el primer cuarto y casi tres minutos en el segundo, no lanzó a canasta hasta que restaban 27 segundos para el parón largo.
En el partido de la primera vuelta el Leyma también alcanzó el intermedio tres tantos por delante (35-32). Y después sufrió un bombardeo (27-55).
No ocurrió lo mismo ayer. Diagne y Huertas intercambiaron canastas de dos, hasta que el senegalés tuvo que enfilar el banquillo dañado en la espalda a causa de una fea caída. Con él tirado bajo el aro anotó, tras robar y enfilar el aro a la contra, Lundqvist. Una jugada casi del rugby, donde sigue el juego mientras se atiende al lesionado sobre el campo, siempre que no interfiera en la acción.
'La navaja sueca' sostuvo al Leyma en ausencia de Diagne. Hasta que apareció un factor inesperado, Abromaitis, que clavó tres triples seguidos, tres velas por partido 300 en la ACB (67-62), obligando a Epi a parar el partido.
Silins, con cinco puntos seguidos, tomó el testigo de Lundqvist, al tiempo de Kostadinov hacía lo propio con Abromaitis. Cuatro puntos del búlgaro mantuvieron por delante al Tenerife. Y un extraño triple de Phil Scrubb, a quien le señalaron falta en ataque por sacar la pierna, devolvió el mando al Leyma (69-70). Una ventaja que anuló rápidamente su hermano Thomas, con un acierto lejano tras rebote ofensivo del segundo de los dos libres errados por Fitipaldo. Una canasta de Jaime Fernández cerró el cuarto con una de margen (74-72).
Y llegó la primer señal de peligro. Parcial de inicio de 5-0, con Jakovics llevando el timón naranja de manera errática, para que el Tenerife igualase el +7 que había tenido el Leyma como máxima diferencia del encuentro. Aunque una acción del letón, asistiendo a Huskic, quien a continuación, con dos libres transformados, suturó la herida.
Jakovics siguió haciendo acto de contrición con un triple que devolvió las tablas al electrónico (79-79). Abromaitis desequilibró de nuevo con su quinta diana lejana, en una fase donde los visitantes estaban flotando, tal vez en exceso, a varios jugadores locales.
Epi ordenó volver a defensa zonal: de nuevo 2-3, pero con los cambios haciendo caer a Phil Scrubb a la posición bajo el aro, donde se las vio con Shermadini; nada más y nada menos que 25 centímetros de diferencia. Sin embargo, no fue esto lo que doblegó a los naranjas.
Fueron cinco puntos seguidos de Huertas, una falta en ataque de Silins, con 85-81 y 85 segundos en el reloj, y una muy discutuible, la quinta del interior letón, a falta de 72. El trío arbitral tal vez sucumbió a los aplausos sarcásticos de la afición lagunera, descontenta con las presuntas infracciones no señaladas, y puede que también a la jerarquía del mago brasileño, el abuelo de la ACB.
Kramer, con un triple (90-83), después de una exitosa penetración de Taylor, puso la puntilla a un estupendo Leyma, que, a pesar de las ausencias de Thomas Heurtel y Trey Thompkins, estuvo a punto de pescar en La Laguna, donde hasta el momento solo lo han hecho el Barça y el Real Madrid.
Una actuación naranja que debe marcar el camino en los seis partidos a vida o muerte que quedan en su calendario. La victoria sorpresa que todos los equipos logran a domicilio sigue sin llegar. Tal vez el próximo miércoles en Zaragoza.
La Laguna Tenerife, 92- Leyma Básquet Coruña, 83 |
Tenerife (25+23+26+18): Kramer (9), Huertas (17), Thomas Scrubb (12), Shermadini (12), Doornekamp (11) –cinco inicial– Kostadinov (4), Jaime Fernández (3), Fitipaldo (4), Drell (3), Sastre (0), Badji (0), Abromaitis (17). Leyma (24+27+21+11): Núñez (3), Lundqvist (10), Taylor (16), Diagne (8), Barrueta (0) –cinco inicial– Phil Scrubb (10), Jakovics (9), Huskic (8), Aleix Font (2), Silins (8), Burjanadze (9). Árbitros: Jiménez, Torres, Fernández. Eliminaron por faltas a Silins (m.38). Incidencias: Partido de la jornada 29 de la liga ACB disputado en el pabellón Santiago Martín ante 4.912 espectadores. |