“Hola, soy Ray Zapata, ¿está Miguel por ahí?”
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“Hola, soy Ray Zapata, ¿está Miguel por ahí?”

El subcampeón olímpico, inspirado por la historia de este niño coruñés que vive con una traqueotomía, le sorprende invitándole a ir a Madrid a entrenar con él
“Hola, soy Ray Zapata, ¿está Miguel por ahí?”
Miguel, en las paralelas | PEDRO PUIG

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“¿Estará tu hijo por ahí? Soy Ray Zapata”. Alexia Hermida, la madre de Miguel, el niño coruñés de ocho años que vive con traqueotomía desde los 17 meses y que es un ejemplo de pasión por el deporte, entre ellos la gimnasia, recibió el martes por la noche una gran sorpresa con este mensaje del subcampeón olímpico en suelo en los Juegos de Tokio. Pero eso no iba a ser todo. En una vídeollamada, el que es una de las estrellas mundiales sobre el tapiz invitó al pequeño a visitar las instalaciones de la Federación Española en Madrid y a compartir entrenamientos allí con él. El gimnasta conoció su historia de superación, publicada en DXT Campeón, y no lo dudó. Ese niño era un luchador, como él, y tenía que conocerle en persona, ayudarle en lo que estuviera en su mano y convertirse en su entrenador, aunque fuera solo por durante un día, con una fecha que está todavía por determinar.

 

 

 

 

Porque Miguel jugaba al fútbol, pero nunca salía del banquillo, lo que le provocaba mucho sufrimiento. Y fue la gimnasia la que le dio la oportunidad no solo de cubrir sus necesidades de movimiento, que son muchas porque es un torbellino, sino de probar la competición. Y lo que es todavía más importante: Hacerlo con total normalidad y sentirse como lo que es en realidad, un niño más. ¿Que tiene que tener un poco más de cuidado? Sí. Pero por el resto, está capacitado para hacer de todo y ya lo demostró en su primera competición, en la que compitiendo contra gimnastas sin ningún tipo de discapacidad, fue sexto en caballo con arcos y octavo en la general y en el resto de aparatos.


“Le encanta sobre todo saltar en la cama elástica y estar en las paralelas”, especifica Uxía Piñeiro, una de sus entrenadoras en el Terra Sport Academy, con sede en la Grela. En las próximas semanas tendrá una nueva oportunidad de demostrar lo aprendido desde que hace unos meses empezó a entrenar e incluso tiene la posibilidad de clasificarse para ir hasta Ponferrada.

 

La historia de superación de Ray Zapata


Seguramente le vengan bien los consejos de alguien como Ray Zapata, un campeón como deportista y persona y que también ha tenido que superar muchas dificultades tanto en la vida como en el propio deporte y que nunca se ha rendido ni mucho menos se ha conformado con un no como respuesta. Nacido en la República Dominicana, su familia tenía muy pocos recursos y su madre decidió el traslado a España. Ray ya era por entonces un niño que no paraba quieto, que trepaba a los árboles, que saltaba de un lado para otro sin límites. Justo como Miguel. 


Ya en Lanzarote comenzó su historia con la gimnasia, algo mayor para lo que decían los cánones, una condición que le lastraba para entrar en los centros de alto rendimiento pese a la evidencia de su portentoso físico. Pero hubo una persona que confió en él, el campeón olímpico Gervasio Deferr, que se lo llevó a Barcelona y sus cualidades se abrieron paso. Había futuro.


Zapata fue a los Juegos de Río, donde no se metió entre los mejores. Pero siguió peleando y cinco años más tarde, en Tokio, después de haber sido padre unos meses antes, se colgó la plata (que pudo ser oro, empatado en la puntuación con el que finalmente fue campeón) con un excepcional ejercicio de suelo. Tras este éxito, se gastó prácticamente todo el dinero del premio ayudando a su padre, que estuvo un año hospitalizado, otro luchador  que, aunque se quedó ciego, finalmente sobrevivió. Zapata aún llegó a París, después de ser padre por segunda vez, donde fue séptimo. Así que Ray y Miguel se asemejan más de lo que a simple vista puede parecer. Y ahora podrán conocerse y poner sus historias en común. 

“Hola, soy Ray Zapata, ¿está Miguel por ahí?”

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