Las dos épicas remontadas que alimentan la fe del Deportivo Liceo
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Las dos épicas remontadas que alimentan la fe del Deportivo Liceo

Las dos épicas remontadas que alimentan la fe del Deportivo Liceo
Los jugadores del Liceo celebran un tanto esta temporada en Riazor | Patricia G. Fraga

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La remontada del Deportivo Liceo es posible. La magia del Palacio de Riazor, el ADN verdiblanco y dos precedentes únicos en toda la historia de los playoffs de la OK Liga alientan los ánimos del equipo coruñés en las semifinales contra el Noia.

 

Las dos derrotas en el Pabellón Olímpico del Ateneu –ya son seis seguidas contra el cuadro local en su pista– han puesto contra las cuerdas a los de Juan Copa, que volvieron hoy al trabajo para empezar a preparar el tercer partido de la serie, el viernes a las 20.30 horas, con un objetivo impepinable, forzar el cuarto, que sería el domingo a las 12h.

 

El entrenador verdiblanco hizo un llamamiento a la afición nada más perder el segundo choque de la eliminatoria en Sant Sadurní: “Ahora nos toca a nosotros en Riazor y con nuestra gente, que nos va a ayudar seguro. Tenemos que pedirles que acudan y centrarnos en el viernes para forzar el partido del domingo porque nuestro objetivo es volver aquí a jugar el quinto el próximo martes”.


Al factor ambiental del Palacio, donde el Liceo sólo ha encajado una derrota esta temporada (1-2 contra el Reus en la liga regular), y el famoso ADN liceísta, que contiene las instrucciones genéticas necesarias para la hazaña, se suman las épicas remontadas de los dos únicos equipos que perdían 0-2 al mejor de cinco partidos y le acabaron dando la vuelta, con factor cancha en contra, como el cuadro coruñés.

 

El Noia en 2003

El primero en conseguirlo fue precisamente el Noia en la temporada 2002/03 (la misma en la que el Liceo se proclamó campeón de Europa en Riazor). Fue en unos insólitos playoffs con trece equipos: en la primera ronda se cruzaron del cuarto al decimotercer clasificado de la liga regular y los tres primeros pasaron directamente a cuartos de final.

 

Undécimo, se cruzó con el Lleida, sexto, mientras que el Liceo, séptimo, cayó inesperadamente ante el Lloret, décimo. El Noia contaba curiosamente en su plantilla con Pere Varias (actual entrenador) y Jordi del Amor (delegado), ademas de un histórico como Marc Gual (liceísta en la 2009/10), entre otros.

 

Perdió los dos primeros partidos como visitante (6-2 y 4-3), pero forzó el quinto con dos victorias en el Ateneu (3-2 y 5-3) y completó la machada en el Onze de Setembre (4-5) con dos goles del argentino Carlos Maggio, el segundo en el minuto 49 para forzar la prórroga, y tres de Xavi Brichs, el último y definitivo en el tiempo extra.

 

El conjunto sadurninenc eliminó posteriormente al Igualada en cuartos de final (1-3) y al Vic en semifinales (2-3) para plantarse en la que hasta hoy es su primera y única final de la OK Liga en formato playoffs, donde cayó ante el Barça en tres partidos (3-0).

 

El Igualada en 2004

Un año después, el Igualada replicó la machada. Tercer clasificado en la fase regular, le dio la vuelta a la tortilla ante el Reus en las semifinales. Tras perder en el Palau d’Esports los dos primeros partidos (4-1 y 6-5), encadenó tres victorias, dos en casa (2-1 y 5-3) y la definitiva, otra vez como visitante (2-4).

 

En el quinto partido, el equipo igualadino forzó la prórroga. Con 2-2 en el marcador, el legendario Jaume Llaverola atajó un penalti de Grau, protagonista en la remontada del Noia el curso anterior. Busquets y el actual seleccionador nacional, Guillem Cabestany, obraron el milagro en el tiempo extra para plantarse en la final que ganaría el Barça, también por 3-0.

 

Los casos del Noia en 2003 y el Igualada en 2004 son los dos únicos de trece eliminatorias en las que un equipo empezó 0-2 en contra y acabó levantando la serie con tres victorias consecutivas. Son los precedentes a los que se agarra el Liceo para soñar con la machada.

 

Los tres 0-2 del Liceo

El equipo coruñés empezó con dos derrotas y acabó forzando un quinto partido tres veces en toda la historia de los playoffs. Y siempre se quedó a una victoria de la remontada.

 

En la temporada 1994/95 cayó en semifinales contra el Igualada, 5-4 y 3-2 en Les Comes, 3-3 (2-1 en penaltis) y 3-2 en Riazor y 4-3 en el definitivo, también como visitante. En la 2000/01 cedió ante el Reus en cuartos de final, 4-1 y 6-3 en el Palau d'Esports, 11-5 y 8-2 en Riazor y 6-2 en el quinto, de vuelta en la localidad tarraconense.

 

La última vez que el equipo coruñés acarició la machada fue en la 2002/03 frente al Lloret en la primera ronda, la misma en la que el Noia remontó ante el Lleida y con el exitoso desenlace de la Liga Europea por el medio. Con factor cancha a su favor, perdió los tres partidos en A Coruña: los dos primeros, 2-6 y 2-7, y el quinto, 4-5, después de igualar fuera de casa, 0-2 y 3-3 (1-2 en penaltis).

 

Pere Varias: "Se necesita ese punto de suerte" 

Cocinero antes que fraile, Pere Varias (Vilafranca del Penedès, 1975) fue uno de los protagonistas en la pista de la remontada del Noia en los playoffs de la OK Liga 2002/03 y ahora es el actual entrenador del rival del Liceo en las semifinales.

 

“Queda muy lejos”, suspira Varias, que trata de explicar lo inexplicable con un vago recuerdo. “Con el 2-0 nos hicimos fuertes en casa para seguir vivos y forzar el quinto, que fue como una final. Se nos puso todo de cara".

 

"Supongo que se necesita ese punto de suerte, sobre todo en momentos clave para ser efectivos, y saber gestionar las situaciones que se dan en el marcador, como nos pasó el viernes contra el Liceo, cuando pasaron del 3-0 al 3-3”, razona el técnico en presente. 

 

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Exjugador y actual entrenador del equipo catalán, durante un tiempo muerto en el Ateneu | Eva Pedrola/CE Noia

 

Varias, que no seguirá la próxima temporada en el banquillo del Ateneu y es el principal candidato para relevar a Guillem Cabestany al frente de la selección española absoluta, asume que el paisaje de la eliminatoria cambiará por completo en Riazor.

 

"El factor pista existe por algo: uno siempre se siente más cómodo en casa y no esperamos que nos reciban con los brazos abiertos. La gente apretará y ante la duda, una decisión arbitral puede caer en nuestra contra. Es parte del deporte. Nada nuevo", advierte.

 

El entrenador del Noia añade que "la superficie también condiciona: estamos acostumbrados a jugar en terrazo y a la hora de acelerar o frenar, en el parqué no sientes lo mismo" y reconoce que el Palacio tiene algo especial: "He entrenado a jugadores que han estado en el Liceo, como Jordi [Bargalló], y me han explicado que cuando juegan en Riazor se sienten muy fuertes, casi invencibles".

Las dos épicas remontadas que alimentan la fe del Deportivo Liceo

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