Damián Ramos: "Ver mi sueño cumplido es la mejor sensación que he tenido en la vida”
lll
17º-23º

Damián Ramos: "Ver mi sueño cumplido es la mejor sensación que he tenido en la vida”

Damián Ramos está de subidón. Ganar el bronce en los Juegos Olímpicos cumple con todas sus expectativas. Inluso más.
Damián Ramos: "Ver mi sueño cumplido es la mejor sensación que he tenido en la vida”
Damián Ramos | Carlota Blanco

Usuario

Damián Ramos está de subidón. Ganar el bronce en los Juegos Olímpicos cumple con todas sus expectativas. Inluso más.

 

Hace unos meses, aquí mismo, decía convencido que iba a por la medalla. ¿Fue tan fácil como le parecía?
Sinceramente, pensaba que tenía más posibilidades o que estaba más cerca de hacer primero que de ser tercero. Pero luego cuando llegas y vas viendo la inmensidad de unos Juegos... Y eso que ya me lo avisó el seleccionador: ojo, que a los Juegos todo el mundo va súper preparado. Pero yo pensaba que también había hecho los deberes y llegaba mejor que nunca, así que muy mal tenía que darse para que se me escapara. Ahora sé que lo de los Juegos es algo salvaje. La gente que se prepara, se parepara muy a tope. Y se está notando mucho la profesionalización del deporte paralímpico, sobre todo en deportes como atletismo, natación, ciclismo, tenis... Las becas son mayores, los premios también, hay más incentivos, los organismos oficiales dan más repercusión... Está habiendo un boom. En el paraciclismo lo veo. En España es la primera vez que se reparten los mismos premios a olímpicos que paralímpicos. Entonces esto se está poniendo cada vez más profesional. España consiguió 107 medallas en Barcelona 92. Ahora 40. Y no es porque haya bajado el nivel sino porque ha subido el de otros países que se han puesto más las pilas que nosotros, sobre todo en cuanto a inversión en el deporte: Italia, Francia, Países Bajos... No tenemos esa inversión, no tenemos esos resultados. Es así de cruel. El dinero es éxito.


¿España se adelantó al auge del deporte adaptado por Barcelona 92 y poco a poco los demás le han ido cogiendo?
La edad media de los paraciclistas españoles debe estar en cuarenta y pico. El más joven tiene 32 y yo, 38. Es gente que ha seguido desde Barcelona, pero no viene una generación por detrás. No se está haciendo el esfuerzo que debería hacerse para ello, para que haya cantera por detrás. Hay una sola persona para toda España encargada de localizar nuevos talentos. No basta solo con dar más premios a las medallas. Debería haber un programa de estado. En España se deriva esas funciones a las federaciones. Y en las federaciones hay muchas prioridades por delante de eso y se le está echando el tiempo encima. En cuanto se jubilen Ten, Cabello... Las medallas caen en picado. Ahora la federación está contentísima porque de siete ciclistas que fuimos, seis sacamos medalla. Pero eso es una visión cortoplacista.


¿Es más fruto del esfuerzo individual?
Sí y yo ahora tengo muchísimos apoyos para mí y para mi entrenador. Pero previamente para llegar al nivel que estoy lo conseguí porque me gustaba el ciclismo y entrenar, pero no porque alguien me dijese prueba esto que puedes ir a unos Juegos. Yo entrenaba porque me gustaba y más tarde, cuando conseguí el nivel, fue Iván Montero, un compañero más, el que me dijo que podía hacer paraciclismo. Esa labor debe ser primordial. 


¿Podrían ser juntos los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos?
Es inviable. Y mira que me encantaría vivir la experiencia. Pero ya son muchos deportistas juntos, ya tienen que hacer bastante criba... si lo unifican con unos Paralímpicos, se reduciría mucho más la participación. Lo que sí pediría, y me gustaría, es que no hubiera tanto tiempo entre unos y otros. Que no hubiera ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos y nosotros empezáramos justo después del último día. Porque parece que es la clausura y ya ha terminado. Una ceremonia de apertura cuando empiezan los Olímpicos y una de clausura cuando terminan los Paralímpicos y totalmente seguidos unos de otros. Si no parece que cuando terminan los primeros ya ha terminado todo. Y no es así. Con la profesionalización del deporte paralímpico, hay ciclistas, por ejemplo, que le dedicamos tantas horas como un profesional. De la misma manera que se está luchando por dignificar el deporte femenino se tenía que luchar por dignificar el deporte adaptado. Si las chicas entrenan lo mismo que los chicos, se merecen lo mismo. Si los discapacitados entrenando lo mismo que los que no tienen discapacidad, se merecen lo mismo. Otra cosa ya es hablar de los salarios... 


¿Qué fue lo que más le impactó de los Juegos?
Lo que más me impactó es el servicio al deportista: comida 24 horas, asistencia, fisioterapia, voluntarios, lavandería, autobuses cada cinco minutos, la cantidad de policía y controles, el gimnasio que era como un edificio de viviendas entero... todo a tu disposición. La cantidad de gente destinada a cada deportista. Es una pasada la Villa. 


Y tatuajes 24 horas.
Yo no me atreví. Además me dijeron que no podía sudar demasiado así que ya tiene que esperar a cuando vuelva de Suiza. Había también peluquerías gratis, máquinas expendedoras, una panadería 24 horas... mogollón de servicios. Así cuesta lo que cuesta organizar unos Juegos. Se derrochó allí dinero lo que no está escrito.

 

Pensaba que estaba más cerca del oro que del bronce, pero los Juegos son salvajes


¿Son unos 'quejicas' los de los Juegos Olímpicos, con tantas críticas a la Villa?
Igual es que cuando llegaron ellos había cosas todavía por pulir y se fueron mejorando. Calor, yo no pasé excesivo y mira que soy caluroso. Dormí un par de días con la ventana abierta y no había problema de ruido porque a partir de las once y media de la noche ya no se escuchaba nada. Y en cuanto a la comida... yo creo que era abundante en cantidad y también en variedad. Había de todo. Incluso yo hubiese quitado algo de tentaciones para que no se hiciese tan difícil resistir. Pero se vio que cosas como los muffins de chocolate tenían una alta demanda... La verdad es que estaban buenos... pero eran contundentes, una bomba calórica. Comías uno y estabas llenito para unas cuantas horas.


¿Y el público francés?
No solemos competir con estadios tan llenos y con esa intensidad de ánimo. Fue dar la salida y escuchar semejante griterío, que hasta me desconcentré un poco. Me vino bien como una toma de contacto también de ver la cruda realidad. Que en unos Juegos Olímpicos la gente está a su mejor nivel. No había preparado la pista demasiado y de hacer quinto en el Mundial pasé a ser octavo en los Juegos. Ahí es donde dices, 'céntrate que la gente se ha puesto las pilas'. Me vino muy bien para afrontar la crono cuatro días después y salir a por todas desde el minuto cero. Tanto que quizás me pasé un poco, que marqué el mejor tiempo en la primera vuelta y en la segunda me pasó un poco de factura. Fue un poco el reflejo de las ganas que tenía de sacar lo mejor que tengo. Al final fue suficiente para la medalla. Otra cosa que notas que son unos Juegos es que el recorrido pasaba por pequeños núcleos urbanos y el circuito estaba cien por cien vallado y con público en cada valla. Se pasaron toda la mañana animando. La cantidad de gente que había era exagerado, nunca había corrido con ese nivel de público. Y entre ellos, tu gente, que también lo hacía especial. Es uno de los recuerdos más chulos que me llevo de los Juegos.


¿Qué fue lo primero que hizo al cruzar la línea de meta?
Mis padres justo estaban en el desvío en la zona de meta. En cuanto fui capaz de mantenerme de pie y ya sabía que había hecho tercero y los estaba viendo a lo lejos, lo primero que quise fue ir a abrazarme con ellos. Yo me pongo en la piel de los pobres que fueron a Tokio. Es que ganar una medalla sin que nadie lo sepa... es casi como no haberla ganado. Lo que quieres es celebrarlo con la gente. Lo difícil que es ganar una medalla y compartirlo con la gente que te quiere y que parte de su medalla es de ellos es como ganarla dos veces.


¿Qué le dijeron?
Sinceramente no me acuerdo. Sé que mi madre estaba con la lágrima cerca del ojo. Y eso que ellos no son muy deportivos. No vengo de una familia de súper deportistas o súper aficionados al deporte. Y yo creo que ellos no eran conscientes de la importancia de unos Juegos hasta que se vieron allí y se dieron cuenta de la magnitud de lo que había conseguido. Les impactó y yo lo noté. Que me lo transmitieran también fue para mí muy especial.


¿Cuántos mensajes tenía?
No soy una persona con muchos seguidores en redes, no soy mediático. Pero había leído 500 mensajes antes de ir al podio y tenía otros 500 al volver de él. Esa noche no dormí nada. Y eso que me tomé una pastilla. No era capaz, tenía tantas emociones en el cuerpo. Tantos días pensando cómo iba a ser... y quería grabarlo todo bien en el memoria para que no se me olvide. Afortunadamente hoy en día también se graba en formato digital y lo puedes reproducir las veces que quieras... pero las sensaciones, los sentimientos... era como la satisfacción del deber hecho, satisfacción personal. La materialización de un sueño es la mejor sensación que he tenido en mi vida. No sé cómo es drogarse... pero tiene que ser algo muy similar. Primero pensaba cómo será y después, qué va a pasar.


Por mucho que le hubiesen contado, ¿superó todas las expectativas?
Claro, es algo muy personal. A todos nos cuesta ganar, pero a mí me ha costado tanto conseguir esta medalla... que la he disfrutado en cada segundo. Y es bonito cuando la ganas pero todo lo que viene después también: celebrarlo con la gente que te quiere, atener a la prensa, las recepciones... 


¿Le pudo afectar eso a la prueba en ruta?
No creo, eran tres días de margen. La prueba en ruta conseguí el décimo puesto oficialmente, pero es injusto porque competí contra gente de menor discapacidad. El Comité Interncional consideró que no podía haber tantos eventos de medalla y juntó categorías, en mi caso a los C4 nos pusieron con los C5. Entiendo que tenga que ser así y además no puedo hacer nada, pero es injusto. Si solo se hubiera tenido en cuenta mi categoría, sería tercero, pero eso no le importa a nadie. Y casi estoy igual de orgulloso que de la contrarreloj. Fue la carrera más dura de mi vida. Desde el minuto a uno hasta las dos horas y media fue a tope. Yo pensaba: '¿aquí a la gente que le pasa?' Porque me descolgaba del grupo principal y después fuimos recogiendo cádaveres y acabé incluso luchando por ser quinto, pero estaba muerto y no pude hacer más en el esprint. Íbamos completamente desbocados y aún faltaban dos horas de carrera. No era yo, eran ellos. Además se notaba los de una categoría más, con un nivel prácticamente de ciclistas de Vuelta a España. Competir con ellos... es injusto. Pero a llorar a la llorería. 


Es injusto.
Si ya hay categorías, ¿para qué las juntas con otras? Para mí fue injusto, pero para Ricardo Ten... Iban C1, C2 y C3 juntos. ¿Qué posibilidades puede tener un C1 contra un C3? Ningún sentido. Para eso mejor no lo hagas. O factorízalo. A pelo... no tiene sentido. El mundo paralímpico está lejos de ser perfecto y aún quedan muchos pasos por recorrer.


¿Qué supone el deporte paralímpico para usted?
Me ha permitido cumplir un sueño. Tenía una espina. Más que eso. Todo el pez clavado. El hecho de sentirme de nuevo competitivo lo fue todo. Para mí el deporte es competición y el hecho de después de la lesión poder sentirme competitivo me dio la vida. Yo acepto que haya gente mejor que yo, pero siempre compito para ser mi mejor versión. 


¿Las barreras son mentales?
Los hándicaps que nos ponemos, el yo no puedo, el yo no soy capaz, es sin duda una barrera mental. ¿Qué es yo no puedo? Tu cabeza. Es una cuestión mental. Si no puedes hacer algo no hay que autoflagelarles y tirar para adelante con lo que tienes. Yo tengo una discapacidad relativamente pequeña pero allí he visto gente completamente auntónoma con unos impedimentos tremedos. En la Villa vi gente sin brazos comiendo y escribiendo en el móvil con los pies. Moviendo los dedos de los pies con independencia unos de otros. Cogiendo el tenedor, cortando la carne... ¿pero cómo hacían eso? Hace más el que quiere que el que puede. Comiendo con un pie y tecleando en el móvil con otro. De la necesidad nace la virtud. Y desde luego muchas veces las barreras son mentales.

 

Estoy deseando ir a ver a Quique, él fue quien me ayudó a superar el accidente


Allí conocería un montón de historias impresionantes.
El que más, el que menos... allí te sientes uno más. Y se te acostumbra el ojo. Ellos además se lo toman con un humor negro... a mí a veces hasta me parece demasiado. Y no tienen ningún tipo de complejo. Me gustaría que la gente los conociera como yo para que no se compadezcan de ellos ni nada de eso. Son tan felices como nosotros. No se lamentan por no tener brazos. Hacen su vida y punto.


Uno es el conjunto de experiencias vividas.
Otra cosa que mi madre no se cree y cada vez lo digo más, es que no volvería atrás en el tiempo. Durante mucho tiempo sí, sobre todo durante los dos años que estuve recuperándome, dos años sin poder caminar. Ahora después de lo vivido, si sé que voy a conocer a las personas que he conocido, que voy a vivir las experiencias que he vivido y lo feliz que soy ahora, si me lo ponen en la mesa, no volvería atrás. Igual me arrepiento dentro de diez años que tengo más dolores en la pierna. Por eso creo que mis compañeros que tienen mayor discapacidad que yo tampoco lo harían.


¿Tardó más en recuperarse a nivel físico o mental?
Físico. A nivel psicoóligico tuve muchísima suerte de entablar amistad con Quique, el guardia civil que se salvó conmigo. Gracias a él, que fui a visitarlo y a conocer a sus compañeros, pude superarlo. Porque hubo quien por redes sociales fue muy cruel conmigo.El hecho de ese apoyo tan fundamental de alguien como Quique fue fundamental, estoy deseando ir a verle, iré en noviembre. Él me ayudó a superarlo. Yo me sentía culpable. Si yo no me hubiera caído, no me hubiesen tenido que ir a rescatar y nada hubiese pasado. Ellos me lo hicieron ver. Que no me sentían el culpable. Y si la persona que lo vivió y lo sufrió me dice que no es el culpable, me ayudó a cerrar la puerta. La persona que me importaba su opiniónn me dijo que no tenía culpa y eso es lo que me importa. No puedo gustarle a todo el mundo.


¿Se siente en deuda de tener que aprovechar esta segunda oportunidad?
¿Por qué yo tengo el privilegio de tener una nueva vida y ellos no? Muchísimas veces. Aún ahora. Cuando se cumple la fecha, a mí me felicitan mis compañeros por mi segundo cumpleaños. ¿Por qué yo volví a nacer y ellos no? Quique ya me dice que soy una ejemplo de que por lo menos no he desperdiciado esta nueva vida. 


¿Habrá más Juegos?
Estoy de subidón y esto debe ser como una droga. Cuando realmente te gusta te provoca tal nivel de excitación que es difícil salirse. Hay días malos, por supuesto, que me pregunto que quién me mandaría a mí meterme en esto. Pero a mí me encanta esto. De siete entrenamientos de la semana, disfruto cinco. Ahora mismo no me planteo no ir a Los Ángeles. Si puedo y el cuerpo aguanta, sin duda. Está claro que la edad juega en mi contra, pero por ganas no va a ser. Igual me tengo que especializar más y si veo que en la contrarreloj es en lo que puedo ser más competitivo, centrar más las balas y los esfuerzos.


¿Qué espera del Mundial de la próxima semana?
Los deberes ya están hechos. Ya está esa tranquilidad. Pero un Mundial es un Mundial. Y tiene el aliciente de llevar el maillor arcoíris durante todo un año. Es un plato demasiado suculento. Es como cuando estás lleno de la comida pero siempre hay un hueco para el postre. Y si ya no van los franceses, sería la guinda del pastel. Además compartiremos circuito con los ciclistas del World Tour. Otro aliciente más. Me apetece correrlo aunque tenga que retrasar las vacaciones. 


¿Buscará a algún ciclista en particular?
Soy fan de Wout van Aert. Él hizo tercero en la contrarreloj olímpica y aprovechando que compartimos bronce, a ver si me puedo sacar una foto con él. Y si intercambiamos camisetas, mucho mejor. 


¿La medalla abre muchas puertas?
Abre muchos caminos. A los voluntarios de la Villa les daban una equipación que no estaba a la venta pero ya habían salido anuncios en Ebay por dos mil euros. A mi novia le encantaban sus gorros y al final conseguí cambiarle a una voluntaria su gorro por mi camiseta de la selección española. Me costó conseguirlo... incluso me llegaron a ofrecer 200 euros. Estaba muy cotizado y la medalla me abrió las puertas para conseguirlo.


¿Volvió muy llena la maleta?
Me traje todos los recuerdos habidos y por haber. La colcha que nos dieron para taparnos. Las lonas que cubrías las vallas. Las cintas para delimitar los carriles. Los vasos. Las cintas de la acreditación. Todo lo que podía. Yo decía lo de volver con la maleta más llena metafóricamente por la medalla y al final fue literal. Me pasé, traje como ocho kilos más de ropa y accesorios.

Damián Ramos: "Ver mi sueño cumplido es la mejor sensación que he tenido en la vida”

Te puede interesar