Las alarmas ya estaban encendidas, pero desde ayer suenan todavía más alto en el seno de un CRAT Rialta que no solo perdió un nuevo partido en esta temporada en la que solo suma un punto y todavía no sabe lo que es ganar. Sino que cedió una oportunidad de engancharse a la salvación ya que visitaba a un Sant Cugat que era su rival más directo, el que le precedía en la tabla, y del que ahora le separan ocho puntos. Una distancia para la que además cada vez hay menos margen para acortarla, ya que solo resta un partido de la primera fase y después se entrará en una segunda parte de la competición en la que luchará de tú a tú con los otros dos equipos con los que se jugará el descenso, a día de hoy el propio Sant Cugat y el Barça. Lo único positivo, la vuelta de Elsa Porto y Judith Hernández.

El partido era una final, por eso se recabaron todos los efectivos posibles. Y el CRAT mejoró en su juego, pero fue insuficiente para hacer frente a un Sant Cugat que también  de menos a más, venía de plantar cara a los aspirantes al título en sus últimos compromisos.

No sorprendió el inicio del choque, que siguió el guión previsto, con las catalanas dominando el juego y golpeando primero (7-0). Las coruñesas reaccionaron (7-5) y por momentos llegaron a superar al rival, dando la sensación de que podrían dar la sorpresa, pero el Sant Cugat ensayó justo antes y después del descanso para irse en el marcador (21-5). 

En la recta final, con 26-17 y la posesión, el CRAT estuvo a un empujón de llevarse el bonus, pero una pérdida de balón supuso un contragolpe que acabó con un ensayo visitante y un 33-17 que otorgó cuatro puntos a las locales y cero a las de Arquitectura.