Burjanadze: "He aprendido a tener más paciencia gracias a las locas de mis hijas"
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Burjanadze: "He aprendido a tener más paciencia gracias a las locas de mis hijas"

Burjanadze: "He aprendido a tener más paciencia gracias a las locas de mis hijas"
El ala-pívot georgiano del Leyma Básquet Coruña posa en el Coliseum para nuestra fotógrafa | Carlota Blanco

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Beqa Burjanadze (Tbilisi, 1994) no pasa de la treintena, pero es un gladiador curtido en mil batallas, las que acreditan ocho temporadas y 194 partidos en la ACB. Experiencia, dureza e inteligencia caracterizan a uno de los hombres más queridos por la afición del Básquet Coruña. El ala-pívot georgiano con acento andalú dejó poso en la primera etapa, hace ya una década, por su carácter impulsivo y su pasión, los recursos en ataque y el innegociable esfuerzo en defensa.

 

El año pasado regresó bajo la sospecha de una carrera marcada por las lesiones. Su papel de veterano en el histórico ascenso del Leyma a la ACB despejó todas las dudas. Beqa nos recibe en el Coliseum, todavía con la ropa de entrenamiento y en calcetines. Impone por su poderoso físico y rostro de tipo duro, pero en las distancias cortas gana por su educación y cercanía. Los años y la paternidad le han aportado la calma necesaria, dentro y fuera de la pista. Nutsa, de seis años y que ya se dice coruñesa, y Kato, de tres, llevan ahora esa locura del joven Burjanadze en la sangre.

 

Empezaron la temporada con una histórica victoria contra el Real Madrid y una semana después cayeron en Gran Canaria. “Never too high, never too low”, que diría Ricky Rubio.
Es así. Y espero que nuestros aficionados lo tengan en mente. Nadie esperaba el gran partido que hicimos aquí contra el Real Madrid. Después de perder en Gran Canaria, la gente me decía en la cafetería de mi barrio: “Beqa, ¿en Gran Canaria qué?”. Como si después de ganar al Real Madrid tuviésemos que ganar de 20 (risas). Tenemos en mente que ningún partido va a ser fácil, mucho menos jugando fuera de casa. Por eso el Coliseum tiene que ser un fortín.

 

¿Tuvo tiempo para disfrutar de la victoria contra el Madrid?
Sí, la noche del domingo disfrutamos y al día siguiente descansamos (risas). A partir de ahí, no debemos quedarnos solo con los éxitos porque siempre hay otra jornada por delante y tenemos que estar concentrados. Si pierdes el foco, lo pierdes todo.

 

¿Se aprende más de la derrota?
Estoy de acuerdo. Un partido perdido te pone más en alerta. Te das cuenta más de los errores que en un partido ganado. Desde la derrota en Gran Canaria ya hemos tenido sesión de vídeo y estamos corrigiendo cosas en los entrenamientos.

 

¿Qué sensaciones le transmiten los dos primeros partidos del Leyma Coruña en la ACB?
Muy buena imagen y muy buenas sensaciones. Como jugadores profesionales tenemos todos ese espíritu competitivo y como equipo el nivel es también muy alto. Lo hemos demostrado en estas dos primeras jornadas, pero no vale de nada decirlo y quedarnos aquí. Tenemos que seguir trabajando. Creo que puede ser una gran temporada.

 

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Beqa, durante la entrevista en las gradas del Coliseum | Carlota Blanco

Más de dos años sin jugar en la ACB, ¿cómo se encuentra?
Estoy en mi mejor momento físicamente desde hace muchos años. El cuerpo técnico y, sobre todo, el cuerpo médico hacen un gran trabajo para que no solo yo, sino cada uno de mis compañeros estemos cómodos y saquemos lo mejor de nosotros en la pista.

 

Decía Fran Fermoso, narrador de Movistar+, en una entrevista con este diario que usted nunca tuvo que dejar la ACB.
Es la vida. Las lesiones marcaron mi carrera. Lima dice “si mi abuela tuviera motor sería un tractor” (risas). Lo que quiero decir es que si no hubiese tenido lesiones no habría dejado la ACB. Pero de lo que me hace más feliz es que he podido volver y, además, con el equipo al que le tengo tanto cariño. Hemos puesto al Leyma Coruña donde se merecía y estamos trabajando para mantenerlo.

 

Fran le apoda el Tractor.
Tengo una pelea con él. Hace diez años, durante mi primera etapa en A Coruña, me llamaron la Tanqueta. Y me gusta más, suena más poderoso, más bestia. Un tractor es como un abuelo, pero Fran sigue con lo suyo (risas).

 

Volvamos a Gran Canaria, su equipo entre 2019 y 2021, ¿qué tal le recibieron?
Antes de jugar me escribieron muchos aficionados para decirme que me esperaban con los brazos abiertos. Pude sentir ese cariño en la pista, me abracé con un montón y también estuve con los trabajadores del club y algunos de mis excompañeros: Albicy, Shurna y Miquel Salvó.

 

Es muy difícil ganar con un 45% en tiros de campo y un 22% en triples, pero estuvieron en la pomada hasta el último minuto ¿lectura positiva?
No bajamos los brazos. Somos conscientes de que esta temporada cada punto cuenta y no nos relajamos hasta el último segundo del partido. El Granca nos ganaba de muchos puntos, nos podíamos haber dejado llevar y se habrían ido de 30 al final, pero ganaron de ocho y si no llega a ser por mi último tiro, que se salió del aro, hubieran sido seis. Vale la pena trabajar hasta el último segundo de cada partido.

 

“Si vives más de un año en Andorra te sientes encerrado”

El impacto de Burjanadze en LEB Oro fue inmediato. Su ascendencia en el juego del Leyma Coruña le abrió las puertas de la ACB. En 2016 fichó por el Andorra, donde firmó una gran temporada antes de sufrir una grave lesión en su rodilla derecha. El sábado vuelve de naranja al Principado para vivir el primer capítulo en la elite de una rivalidad desigual.

 

El sábado visitan Andorra, su equipo entre 2016 y 2018. ¿Qué recuerdos tiene de aquella etapa?
Muy buenos, pero un poco agridulces: la primera temporada allí fue la de mi explosión en la ACB, pero tuve una lesión que me dejó año y medio fuera de las canchas.

 

¿Qué espera el sábado del rival?
Andorra ha hecho un buen trabajo con los nuevos fichajes. He visto dos o tres partidos de pretemporada y me han encantado. Se lo decía el otro día al capi [Álex Hernández]: han hecho clic, disfrutan jugando y la química es muy buena. Ganar allí es muy complicado por la altura.

 

¿Le queda algún amigo por allí?
En el cuerpo técnico está como ayudante Thomas Schreiner, que entonces era el base del equipo. No he hablado con él, pero sí con las familias georgianas que viven en Andorra, la mayoría de jugadores y exjugadores de rugby. Les voy a dejar entradas para que puedan ir al pabellón con la bandera de Georgia.

 

¿Cómo es la vida en Andorra?
Tiene cosas muy buenas si te gusta el invierno, como a mí, pero si prefieres el sol y la playa, como mi mujer, vas a sufrir un poco más, pero, en general, si vives allí más de un año te sientes un poco encerrado.

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Burjanadze se dispone a lanzar un tiro libre durante el victorioso debut contra el Real Madrid  | ACB Photo/Mónica Arcay

 

Veteranía, defensa, rebote, ataque en el poste, tiro de tres, aporta en casi todas las facetas.
Creo que estoy haciendo todo lo que me pide Epi. Lo primero, estar como un muro en defensa y ayudar un montón en el rebote. Y en ataque, aprovechar todas las opciones que tenga. Nuestros roles están bien definidos y dentro del mío estoy haciendo todo lo posible por ayudar al equipo.

 

Tiene más trabajo por la ausencia de Trey Thompkins.
Desde luego, sobre todo por los minutos, pero me estoy encontrando muy bien y Trey se está incorporando cada vez más a los cinco contra cinco con contacto. Estamos esperándole a que se ponga bien, pero no solo a el, también a Olle [Lundqvist] y LJ [Figueroa]. Cuando estemos todos juntos y si nos respetan las lesiones vamos a tener una gran plantilla.

 

El caso de Thompkins es similar al suyo en la pasada temporada, tardó en debutar porque venía de una lesión.
En mi caso seguí la planificación del club y creo que con Trey están pensando lo mismo. En verano se entrenaba con nosotros, pero decidieron esperar a que esté aún mejor y que cuando entre en la rotación sea para no volver a salir.

 

¿Cómo ha cambiado el Básquet Coruña desde su primera etapa hace ya diez años?
Míralo, mira cómo ha cambiado (abre los brazos señalando el Coliseum). No podíamos imaginar jugar en ACB contra el Real Madrid con casi 10.000 personas apoyándonos. Daba la sensación de que ha sido así desde siempre, pero hace diez años venían solo 300 personas a vernos a Riazor. El club ha crecido un montón gracias al trabajo de toda esa gente que no se ve y se van a su casa a las doce de la noche para que todo funcione: entrenadores, fisios, médicos… Y gracias a todos los entrenadores que han pasado por el club. Todos tienen que ver con el crecimiento del club.

 

¿Y cómo ha evolucionado Beqa desde 2014?
Con los años he ido ganando experiencia y he crecido un montón como jugador y como persona, me veo más maduro. Dentro de la pista leo mucho mejor el juego, mi timing es mejor, soy más prudente… Aíto García Reneses [su entrenador en Sevilla] me pedía calma, pero yo era joven e impulsivo, quería ser mejor que nadie cuanto antes. Han pasado los años y he aprendido a tener más paciencia gracias a las locas de mis hijas (risas).

 

“Empecé viendo los éxitos de mi primo Pachulia”

Beqa es un tipo familiar. En su día libre sale a pasear y a hacer un brunch. Cuando era un niño no tenía ni idea de básquet. Empezó por su primero, un tal Zaza Pachulia: dos veces campeón de la NBA con los Warriors (2017 y 2018) y que ganó más de 60 millones de dólares en 16 años de carrera.

 

¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Pasar el día con mi familia.

 

¿A qué se hubiera dedicado Beqa si no fuese jugador de baloncesto?
Tendría algún tipo de negocio, pero me seguiría gustando el baloncesto. Si no tuviese perfil de jugador sería general manager. Me gusta planificar la plantilla.

 

¿Un lugar para vivir?
A Coruña y, para los que no la conocen, Tblisi, la capital de Georgia.

 

¿Y un sitio favorito en A Coruña?
Los días de descanso me gusta ir a pasear por la playa de Riazor o a una cafetería a hacer un brunch con mi mujer.

 

¿Qué no puede faltar en su brunch?
Un bagel con aguacate, pavo y queso o huevos revueltos, lo típico, y un bol de yogur con frutos secos.

 

¿Un lugar favorito para ir de viaje?
El año que jugué en Italia estuve en Reggio Emilia, una ciudad con una ubicación perfecta para viajar a las ciudades más conocidas. Me quedo con Verona y Florencia.

 

¿Quién es el más bromista del vestuario?
Lima, a años luz de los demás.

 

¿Y el mejor compañero de habitación?
Estoy con Phil Scrubb, no cambiamos, tenemos el mismo toda la temporada.

 

¿Quién elige la música en el vestuario?
También Gus [Lima]. Es el DJ de la plantilla.

 

¿Qué suele pinchar?
Varía. El primer día puso reguetón y pensé que íbamos a estar así toda la temporada, pero también pincha algún clásico de rock o de pop, los hits más conocidos.

 

¿Un ídolo o referente que le marcó en sus inicios en el baloncesto?
Cuando era niño yo no tenía ni idea de básquet y mi familia quiso probar porque mi primo Zaza Pachulia ya estaba en la NBA. Empecé y crecí viendo sus éxitos y aprendí mucho de sus consejos.

 

¿Un compañero que le haya inspirado?
No me puedo quedar con uno solo, destacaría a todos los veteranos que he tenido de compañeros a lo largo de mi carrera: Marcus Landry, Pops Mensah-Bonsu, Tariq Kirksay, Luka Bogdanovic... Seguro que me olvido de alguno.

 

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El jugador del Leyma Coruña posa para nuestra fotógrafa en el Coliseum | Carlota Blanco

Burjanadze: "He aprendido a tener más paciencia gracias a las locas de mis hijas"

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